En medio de politiquerías, el fenómeno turístico agoniza
“El turismo es del humano, para el humano”
Carlos Abitia Baeza
Aunque muchos miembros de diversas generaciones tuvimos el privilegio de tener al mismo maestro en materia turística, política, y humanística, cada cual aprendió y ejerció o ejerce su carrera de acuerdo con sus propias convicciones, agradecimiento y lealtades. Me parece que no habría que juzgar a nadie, porque con independencia de lo que Oscar de la Torre Padilla nos enseñó -a unos en las aulas, a otros en el centro de trabajo, otros más a través de pláticas, o sus textos publicados- lo que finalmente debe de convencer son sus resultados, forma de vida y congruencia para servir siempre, con humanismo y a favor de los seres humanos.
Bien le aprendió Carlos Abitia Baeza, primer presidente de la Sociedad de Alumnos de la entonces Escuela de Turismo de la Universidad de Guadalajara, y quien al paso de los años se convirtiera en el primer licenciado en Turismo egresado de la misma, en jefe del Departamento de Turismo del Estado de Jalisco, antes de que se transformara la dependencia en Secretaría, que el fenómeno turístico como tal, es según su decir: del humano, para el humano.
El lustre y la importancia local y nacional que el maestro Oscar de la Torre le dio a la actividad turística, nunca se vio entorpecida o contraria a la actividad comercial que ella implica. Por el contrario, se destacó por la búsqueda del beneficio que compromete subsanar la necesidad que todos los seres humanos tenemos de poder disfrutar del descanso, del ocio constructivo, con independencia de la raza, cultura, creencias religiosas o estrato económico al que se pertenezca.
Infortunadamente, tal parece que dicha esencia ha desaparecido de la enseñanza en las aulas y la política actual, pues pretende -sin conseguirlo- que el enfoque de la carrera universitaria deje de lado la sensibilidad humana para robotizar a los prestadores de servicios, olvidando o ignorando, que la “industria de la hospitalidad” jamás podrá suplir a la “anfitrionía” de antaño, la que nos enseñaron y pusimos en práctica en todos y cada uno de los programas impulsados desde la Secretaría de Turismo (Sectur) y la Secretaría de Fomento Turístico en Jalisco, así como las direcciones de turismo municipal del país.
APUNTE
El principio fundamental de antes tiene que ver con la sensibilización social, sí, pero además, acompañada del profesionalismo que rechaza la improvisación, el camuflaje y la falta de resultados que ahora se padece aquí allá y acullá.
Enhorabuena para quienes estudiamos la carrera de Licenciado en Turismo y/o sus múltiples variantes o denominación, y que el domingo próximo pasado festejaron su “día”, haciendo votos por continuar por el camino del rescate de la identidad nacional, la promoción de nuestras culturas y el desarrollo de una actividad turística más humanizada.
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