En manos del TAE, otra vez
Una vez más un fallo del Poder Judicial deja a la ciudad de Guadalajara en manos de los magistrados del Tribunal Administrativo del Estado (TAE). Vamos a suponer por un momento que ya no hay corrupción ni en la decisión del juez y que el TAE, con los nuevos arreglos institucionales, será finalmente de fiar. El problema es que las decisiones de la ciudad quedan en manos de las personas equivocadas, de jueces y magistrados cuyo trabajo es revisar lo legal no el impacto urbano de sus decisiones. Ejemplos de las atrocidades y consecuencias negativas de las decisiones de los tribunales hay muchísimos en la última década; las peores aberraciones urbanas vienen de ahí y no de los ayuntamientos.
Algo está pasando con los planes o con las leyes que cinco administraciones sucesivas han tropezado con la misma piedra. No tengo una buena impresión del Parlamento de Colonias ni de las motivaciones de sus líderes, que han hecho de la obstaculización un modus vivendi, pero más allá de eso, la pregunta es por qué este grupo ha sido capaz de tumbar cada vez que se lo proponen los planes parciales y por qué específicamente el de la zona 2 o Minerva. No cuesta mucho trabajo ni se requiere ser un gran jurista para concluir que algo se está haciendo mal desde los gobiernos de la ciudad.
Lo que provoca la usencia de planes parciales es la incapacidad de pensar y construir la ciudad que queremos. Ignoro cuál es la ciudad que quiere el Parlamento de Colonias, conozco más sus fobias que sus filias
Lo que está en juego es mucho más que los intereses inmobiliarios, los legítimos y los mezquinos; lo que provoca la usencia de planes parciales es la incapacidad de pensar y construir la ciudad que queremos. Ignoro cuál es la ciudad que quiere el Parlamento de Colonias, conozco más sus fobias que sus filias, pero en todo caso la de ellos es solo una visión de lo que debería de ser la ciudad. Tan absurdo es que los gobiernos no consulten a los ciudadanos como que este grupo imponga a todos, por la vía de los hechos, qué se puede y qué no en el desarrollo urbano.
El Ayuntamiento de Guadalajara tiene que dar la batalla jurídica, lo está haciendo y esperemos que lo haga bien, sin embargo, pareciera que es momento de revisar más de fondo el diseño legal de la planeación urbana para evitar que los amparos lleguen de a tiro por viaje. Si se han salido con la suya tantas veces resulta obvio que encontraron una fisura legal que urge atender.
La ciudad en manos del TAE y el Parlamento de Colonias augura el peor de los futuros imaginados.
(diego.petersen@informador.com.mx)