En Palacio están haciendo la tarea
De acuerdo con la revista especializada Car and Driver, sólo como referencia, desde 2022 los tres autos más vendidos en Estados Unidos son las camionetas Ford Serie F, el Chevy Silverado y la Ram. Con la información proporcionada ayer por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, en la conferencia mañanera, el 88 por ciento de esas camionetas son armadas en México, lo que nos habla de la dependencia que se tiene de nuestra industria y mano de obra, además de lo que representaría económicamente si llegaran a aplicar el arancel que amenazó implementar Donald Trump a las importaciones desde nuestro país.
El planteamiento de ayer en Palacio Nacional, ante el arrebato de Trump, hasta no frenar la entrada de ilegales y la llegada de drogas, así como la carta que un día anterior había enviado Claudia Sheinbaum al presidente electo de Estados Unidos, nos habla de que, ante la adversidad que se avecina, están haciendo la tarea. Ebrard habló de que la medida “... vamos a ponerle un impuesto a las empresas norteamericanas más importantes del mundo”, refiriéndose a Ford, General Motors y Stellantis o Chrysler, o bien la contraamenaza de Sheinbaum, quien lo dijo muy claro: “A un arancel, vendría otro en respuesta y así hasta que pongamos en riesgo nuestras empresas comunes”. Más clara y objetiva no pudo ser la respuesta.
Sin embargo, la implementación de los aranceles por parte de Washington a las importaciones desde México no se está en condiciones de hacer nada, solo intentar persuadir a su “creador” de las repercusiones que tendría, al final de cuentas, en el bolsillo de los norteamericanos y echar por los suelos el tratado comercial que existe, que es equitativo y beneficia a ambos países, además de fomentar la buena relación comercial. Al final de cuentas, Donald Trump, quien es impredecible y terco, puede aplicar los aranceles para imponer su “idea”, sin hacer caso a los procedimientos y sin importar las consecuencias.
Lo más importante aquí es que el gobierno mexicano, desde el primer momento de conocer las intenciones, argumentó legítimamente y de manera mesurada, dio a conocer una posición razonada amparada bajo el sentido común y ayer presentó un esquema de realidades en los efectos que la medida puede provocar en ambos lados de la frontera, lo que al final de cuentas nos dice que en Palacio Nacional están haciendo la tarea, postura muy diferente a lo que se hacía antes del 1 de octubre, cuando teníamos al otro inquilino.
¿Usted, qué opina?