Emprendimiento social
No nada más sin fines de lucro se entiende el emprendimiento social. Es una iniciativa de negocio cuyo objetivo es la generación de un valor social. Este es un campo de investigación reciente y muy atractivo para identificar y generar una transformación social efectiva que reduzca los índices de pobreza.
Sin que por esto se entienda forzosamente que se trate de repartir la riqueza, sino más bien de darle a cada uno de sus ciudadanos lo que se merece en función de su esfuerzo sus méritos y condición.
Se ha malentendido que el emprendimiento es una tarea que cambiará el mundo, que generará buenos ingresos y reducirá la brecha socio económica global.
Debe tomarse en cuenta que el emprendimiento social se refiere a un tipo de empresa cuyo fin principal es satisfacer las necesidades de la sociedad caracterizada por factores como pobreza, dificultad para conseguir empleo razonablemente remunerado, así como el acceso a la educación, gratuita o financiada a largo plazo, para recuperar la inversión cuando sea productiva.
La diferencia entre el emprendimiento social y el tradicional es el objetivo, ya que este último se centra en la explotación de las actividades de mercado: producción, distribución, circulación y consumo. Puede llevarse a cabo por cualquier tipo de empresa lucrativa, no lucrativa, del sector público o del privado, las únicas condiciones son: que mejore el ecosistema; debe ser comercialmente exitosa, con una perspectiva de continuidad, bien intencionada y cumplir una función social. Sus compromisos deben ser: la creación y el incremento del valor social, el reconocimiento de oportunidades, el de innovación, el aprendizaje y la adaptación al entorno
Los modelos de negocios de estas empresas sociales se clasifican de acuerdo al tipo de propuesta de valor en: apoyo al emprendedor, intermediación de mercado, generadores de empleo, pago de servicios, clientes de bajo ingreso, modelo de cooperativas industriales y agrícolas, empresas integradoras de pequeños empresarios, startups que crean nuevos productos y los servicios bajo severas condiciones de incertidumbre, entre otros.
En nuestro país el emprendimiento ha tenido un buen crecimiento en los últimos cinco años, de acuerdo con el índice de competitividad se ubicó en 2016 (último dato que tenemos) en el puesto 57 de 142 países, sin embargo, la pandemia COVID-19 que nos aqueja y la falta de apoyo gubernamental frenará el desarrollo de este tipo de empresas que son auténticos factores que combaten la pobreza, porque crean empleos y no la caridad que el gobierno otorga en efectivo a ancianos, ninis, estudiantes y eso no reduce la brecha, sino que la aumenta.
Por último, los ecosistemas a que se hace referencia, se han clasificado como: tundra, taiga, bosques templados, bosques caducifolios, selva tropical, pastizales, templado y desierto.