¿Ellos, cómo y dónde votar?
Con base en estadísticas del INEGI, a números gruesos, se estima que la población actual del México, país, es de 122 millones de habitantes, de los cuales aproximadamente un 3% o de ellos viven con algún tipo de discapacidad intelectual que no les permitiría emitir un voto en las ya muy cercanas elecciones del 1 de julio; en otras palabras cerca de 330 mil mexicanos no podrán votar. Sin embargo, aproximadamente un 60% de la población aun manifestando otros tipos de discapacidad como ciegos, sordos, con falta de motricidad por diferentes orígenes y razones, sí que pueden y quieren emitir su voto, voto que por cierto es de los más razonados dada la indiferencia que hacia muchos de ellos manifiestan los gobiernos de los distintos niveles.
Estamos hablando de una cifra cercana a los 3.5 millones de ciudadanos que quieren y exigen se les otorguen las facilidades y los apoyos necesarios para que con seguridad acudan a emitir su voto. Si, hablamos de 3.5 millones de votos que serían capaces de inclinar balanzas. Confieso mi supina ignorancia para encontrar en la “red” los catálogos de recomendaciones así como los lugares y facilidades que el INE ha dispuesto para efecto de que cada persona con discapacidad acuda el 1 de julio a emitir su voto contando con todas las garantías de seguridad y traslado hasta la propia urna; sin embargo, si mi supina ignorancia se traduce en falta de elementos el INE estará cometiendo una discriminación que bien puede considerarse como alta traición.
Los diferentes colectivos de la discapacidad en su mayoría han sido condenados a vivir en el caos sin la fe para salir del mismo, muchos de ellos, sobre todo aquellos que viven en áreas rurales o poblaciones pequeñas pasan sus vidas respirando ambientes tóxicos, tratando de entender lo que no se puede entender. En remotos lugares de la geografía nacional habitan personas que inexplicablemente han aprendido a tolerar la angustia sin espacio para la esperanza. Hablar de atención profesional para la rehabilitación física, para el aprendizaje del Braille, para el lenguaje de señas, para lecciones de talleres, para la inclusión educativa y laborar es que hacemos preguntas que carecen de respuestas.
Hay vidas que transcurren estacionadas en la desesperanza, las de muchos de ellos son un ejemplo, uno de ellos ya comentado en otras colaboraciones es el cuasi olvido de los candidatos sobre el tema, la traición de la indiferencia podríamos llamarle. Quienes rechazan a las personas con algún tipo de discapacidad se convierten en cierta forma en sus enérgicos; casos se dan, en el medio político de altruistas oportunistas que se aprovechan de su posición, cuya actitud es francamente patética al grado de dejarse invadir por la metástasis del ego. Por otra parte de haber sido contemplados y salvados los escollos que hubiere para facilitar el acceso al voto de las personas con algún tipo de discapacidad y considerando que la discapacidad es de tal injusticia que resultaría innoble convertirla en recurso electorero, vale la pena recordar a los candidatos, a todos con independencia de jerarquías, que la memoria de los olvidados se convierte en futuro peligro para los falsos Mesías.
El INE debe prevenir que algunos o varios de los candidatos pretendan convertirse en altruistas sólo a base de adulaciones y promesas sin sustento. De aquí la importancia que se haya preparado la metodología para que todos aquellos que viven con algún tipo de discapacidad manifiesten sus necesidades e inquietudes a través del voto, se trata de un elemental principio de inclusión, recordemos que todo tipo de desinformación acerca de sus especiales necesidades es la semilla de la indiferencia.
PD: seguiré buscando en la red lo que preparó el INE acerca del tema; si alguno me orienta, lo agradeceré infinitamente.