El último escalón antes de soltar el volante
La confianza es algo que se gana con el tiempo, pero se pierde en un instante. En este momento, la industria automotriz vive la transformación de los autos totalmente conducidos por los humanos, hacia los que serán 100% manejados por las computadoras. No será una transición sencilla. Requerirá no sólo más desarrollo tecnológico del que existe ahora, sino que nos tomará a los que conducimos hoy en día, tiempo y esfuerzo mental para confiar en que el auto lleve a nuestro destino. Afortunadamente hay sistemas muy desarrollados que nos facilitarán hacer esa transición. El mejor de ellos me parece el Nissan ProPILOT Assist.
Existen seis niveles de conducción autónoma hoy. Cero es el auto que depende totalmente de los humanos. El 1 es el que cuenta con al menos un sistema de ayuda a la conducción, como el control de crucero. El sistema 2 es el paso más avanzado en la dirección de la conducción sin piloto sin llegar a eso. Ya se cuenta con las asistencias electrónicas de frenado, mantenimiento de carril, etcétera, el auto puede acelerar y frenar por su propia cuenta, pero el piloto aún está al cargo, aún es responsable por observar el entorno y reaccionar en función de él. Es aquí donde está el Nissan ProPILOT Assist. A partir del sistema 3 el auto se encarga de monitorear el entorno, pero en el 3 aún se necesita intervención humana en algunos casos. En el 4 el auto hace todo dentro de un entorno conocido, como las calles y carreteras cubiertas por GPS. El hombre aún puede intervenir, pero en pocas circunstancias será necesario. En el 5 el auto hará todo, sin límites geográficos que obedecer.
No es simple ajustarnos mentalmente a la idea de que el auto conduzca. Es como dejar a tu hija adolescente salir sola de casa por primera vez, sabes que lo tendrás que hacer eventualmente, pero aún nos deja tensos. Por esto los sistemas número 2 nos parecen adecuados para entrenarnos. ¿Y por qué el ProPILOT nos parece el mejor sistema? Me explico.
Radares, cámaras y GPS
Algunas de las tecnologías de conducción autónoma se basan en GPS. Estos les dan una suavidad muy importante en la hora de tomar una curva, porque la computadora ya sabe previamente qué hacer. Pero tienen una gran desventaja: las obras en los caminos con mucha frecuencia no están actualizadas y esto confunde el cerebro electrónico del vehículo, que necesita usar otras formas de detección que, por defecto, están diseñadas para trabajar en segundo plano. Cuando estos sistemas entran en acción, lo hacen de una manera algo abrupta, que puede generar confusión al conductor. También es importante recordar que estos sistemas no funcionan fuera del área que esté digitalizada, una cuyo mapa ya esté en la computadora. Esto no ocurre con ProPILOT, que se basa en la combinación de radares y cámaras.
Dentro de este universo del manejo autónomo nivel 2, ProPILOT es el más refinado, el que hace las aceleraciones, curvas y frenadas más parecidas a como las haríamos nosotros. El resultado es que es más fácil, más rápido acostumbrarse a ProPILOT, que a otros sistemas y no soy el único que lo piensa así, ya he leído y platicado con colegas que han probado el sistema de Nissan y otros, que están de acuerdo conmigo. El uso de radares y cámaras hace que sea posible utilizar el sistema en cualquier carretera que tenga pintadas las rayas en el pavimento, incluso si esas líneas son algo tenues.
ProPILOT funciona entre 32 y 145 km/h, lo que significa que está diseñado para carretera, donde disminuye la fatiga del piloto, lo que de por sí es muy importante, pero también corrige posibles distracciones, lo que puede ser vital.
Claro, otras tecnologías combinan GPS, cámaras, radares y prácticamente manejan el auto por nosotros, pero aquí justo volvemos al punto de la transición, del hoy, de esta etapa en la que no todos quieren o están preparados mentalmente para ser conducidos por un robot imaginario que “pisa” el embrague, el pedal del freno y gira el volante para llevarnos a donde queremos.
Yo me confieso uno de estos. Necesito vivir ese momento de cambio, agarrar confianza en el auto, sentirme más relajado que tenso al usar uno de estos sistemas en lugar de más tenso por la falta de confianza en él. El que más se acercó a lo que necesito, hasta ahora, fue el Nissan ProPILOT.
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