El testigo clave en la audiencia de Javier Armenta
Sin ninguna restricción o atadura, “Carlos” encaró a sus ex compañeros. Los llamó mentirosos.
Durante la audiencia del 5 de enero en los juzgados orales de Puente Grande, el ex guardia de seguridad que trabajaba para la empresa que quiere construir un desarrollo inmobiliario en la Calzada Independencia y el Periférico aseguró que los miembros del grupo de resistencia no habían entrado con armas, sino con árboles.
Minutos antes, cinco de sus ex colegas habían afirmado lo contrario: Javier Armenta, Ilich Cisneros y Alexis Rojas «llevaban armas».
Extrañado, “Carlos” sostuvo que era imposible sostener tal acusación, ya que él era el único guardia en el sitio al momento de que el grupo ingresó a finales de marzo de 2021.
Los otros, lamentó, basaron su declaración en dichos y no en hechos. “Uno de ellos *llegó* hora y media después”.
La audiencia tenía un fin y sólo uno. Aunque las autoridades aludidas por Armenta y la Universidad de Guadalajara sostienen que se trata de un “pleito entre particulares”, los agentes del Ministerio Público jugaron cada una de sus cartas para llevar a “Carlos” a confirmar al juez que había armas de fuego en posesión de quienes entraron al terreno.
Pero “Carlos” no se dobló.
“¿Quién fue el líder de todo esto?”, le preguntaron. La intención era que señalara al ex presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), Javier Armenta. “No sé. Ninguno. No los conozco”, respondió el único elemento de seguridad privada que atestiguó cuando se instaló el plantón que duró más de 140 días en el que, después, llamaron “Parque Resistencia Huentitán”.
Pese a que el as de la jugada no salió en la partida, el juez Felipe de Jesús Rivera tomó como válidas las otras declaraciones y ordenó prisión preventiva oficiosa en contra de los tres. La audiencia fue un mero protocolo, una pantalla, pues incluso un abogado le confió a Armenta que había tenido “mucho valor” al presentarse al juzgado, sabiendo que sería enviado a prisión.
“Qué valor venir para que los encierren”, le comentó minutos antes de que entraran a un espacio en el que ya aguardaban cuatro agentes del Ministerio Público y tres abogados de la empresa: “las víctimas”, según se consignó en el expediente.
A la postre, esas mismas “víctimas” buscaron al ex líder estudiantil. Le ofrecieron retirar los cargos a cambio de una disculpa pública. Armenta se rehusó y permaneció junto con Ilich y Alexis cinco días en prisión.
Según compartió en sus redes sociales, conoció las celdas de Puente Grande por “obstaculizar un negocio de cuatro mil millones de pesos”.
Pero el proceso no ha concluido, los estudiantes están obligados a firmar mensualmente en Puente Grande y no acercarse al predio que trataron de llenar de árboles, el mismo predio que, a la postre, llevó el nombre del gobernador a las páginas de la prensa internacional.