Ideas

El temor de ejercer la libertad de expresión

Ayer, en este mismo espacio apelamos al Creador por el regreso de Jaime Barrera; hoy lo único que podemos decir es Gracias a Dios ya está de regreso.

Las horas que pasó secuestrado quedarán marcadas en su vida y quedan como testimonio de la vulnerabilidad a la que estamos expuestos todos quienes nos dedicamos a una profesión que está protegida por la libertad de expresión de la que gozamos. Y es que, aunque se desconoce el fondo del asunto -el móvil del secuestro- y todo está bajo investigación, por lo declarado por Jaime a Azucena Uresti en Grupo Fórmula: “Me preguntaron por qué escribía lo que escribía y de parte de quién lo hacía. Les dije que escribo lo que creo que es periodístico”, es obvio que el “levantón” tuvo su origen por alguna aseveración que se difundió en su quehacer profesional a través de la radio, la televisión o El Informador. 

Y la aseveración del mismo Jaime Barrera de “creo que era intimidación”, nos deja aún más preocupados porque desafortunadamente en este momento del país, donde la polarización es promovida desde la máxima autoridad en Palacio Nacional, donde los grupos delincuenciales aparentemente maniobran “a sus anchas” y donde la autoridad luce confundida y desconcertante, como fue el caso el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, quien ayer al hablar sobre el secuestro de Jaime dijo: “Aquí lo importante es esclarecer los hechos, no solamente detener a los responsables, sino entender qué fue lo que pasó”, hasta aquí todo bien, “porque evidentemente no fue un secuestro, no hubo petición de rescate, no fue un robo, no se robaron nada, no fue un intento de homicidio, fue otra cosa, y tenemos que entender qué fue”.

Así es, tenemos que entender qué fue, pero evidentemente “una intimidación”, como dijo Jaime, ya que las preguntas fueron sobre lo “que se escribe y de parte de quién”, y eso es lo preocupante en este asunto.

Ayer el gobernador se “adornó” cuando hizo referencia a que las autoridades estatales fueron claves para localizar a Jaime. Hay que decirlo, sólo en parte, porque fue gracias al sistema de videovigilancia C5 que fue fundamental para darle seguimiento al recorrido del auto de Jaime y el otro vehículo involucrado, pero no así en la liberación -lo dejaron en libertad- que aparentemente fue motivada por la gran movilización que provocó la familia del mismo Jaime, la participación de los medios y el involucramiento de las redes sociales. 

Hoy, lo más importante es que Jaime Barrera está nuevamente entre nosotros, dispuesto en un tiempo prudente a reincorporarse a sus actividades periodísticas. ¡Bienvenido, Jaime! Lo preocupante, es ejercer la libertad de expresión sin temor a recibir represalias por parte de quienes se sienten aludidos o afectados.

¿Usted, qué opina? 

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