El sacrificio, como prueba de amor
La heroicidad aplaudida por casi cualquier persona, se basa en arriesgar la vida en pro de salvar la vida de alguien más, como sucede con los miembros del heroico cuerpo de bomberos.
Una definición muy conocida del sacrificio personal es: “un esfuerzo, pena, acción o trabajo que una persona se impone a sí misma por conseguir o merecer algo o para beneficiar a alguien”.
Y ciertamente una persona que dice amar ha de tener la conciencia de que en sus actos es fundamental demostrar que hay un esfuerzo especial por la persona amada. Y como bien dice la definición, no es algo que te impongan los demás, sino que ha de ser algo que tú mismo lo decides. No se trata de un deber tampoco, sino de un gusto que tiene como fin hacer el bien y desde luego agradar.
Si alguien te ama, de seguro dejará muchas actividades por estar contigo y será capaz de vencer su ego, junto a sus caprichos y necesidades con tal de darle prioridad a lo que tú tienes.
Las personas dominantes e impositivas, no conocen esta parte tan bella del arte de amar, no logran concebir el dejar sus ideas y deseos, para darle completa prioridad a los de su ser amado. Los demás están para sacrificarse por él, no él por los demás.
Es tan hermoso y sublime practicar el sacrificio frecuente, que trae muchos beneficios inmediatos, uno de ellos es el gusto de saber vencer al ego y lograr hacer feliz a la pareja, y de esta forma hacer pequeños actos heroicos, que elevan más su espíritu.
Una pareja que a su vez alcanza a intercambiar amorosos sacrificios y sabe valorar el esfuerzo que hace su pareja por elevar el amor mutuo, sin duda alcanzarán una mayor felicidad.
Por los hijos, sí somos capaces de hacer muchos sacrificios, pero con la pareja no es igual, y por ello se requiere practicarlos con una clara intención de aumentar la calidad de amor que se puede ir perfeccionando al correr de los años.
El verdadero amor implica sacrificio, el falso los rechaza y considera como una tontería. Por ello trata de esforzarte en practicar el sacrificio en pequeños detalles, hasta que logres hacerlo en temas más difíciles que te cuesten más trabajo.
Dejar el ego y sacrificarlo, es una de las más grandes ofrendas para tu ser amado.