El revire de Ken Salazar
Pasaron dos semanas en las que, desde su púlpito mañanero, el presidente Andrés Manuel López Obrador insistía en que esperaba más información del gobierno de Estados Unidos para esclarecer la detención o rendición de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo” y hermano de Ovidio Guzmán, en un aeropuerto de El Paso, Texas.
Pero bastaron solo unas horas del viernes pasado para que, luego de que AMLO reprochara que en este caso no hubo cooperación del gobierno norteamericano, saliera el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, a rechazar cualquier acción de alguna agencia antidrogas estadounidense o del gobierno de Joe Biden que violara la soberanía del territorio mexicano.
Sobre el reclamo de López Obrador de que EU no había dado información suficiente sobre esta doble detención, que volvió a lanzar el viernes pasado, el diplomático estadounidense convocó a una rueda de prensa para revirar, asegurando que el gobierno mexicano estuvo informado desde el primer momento que aterrizó la aeronave en suelo norteamericano el pasado 25 de julio en una pequeña terminal aérea de Santa Teresa, Nuevo México.
“No hubo plan de vuelo, no hay. El entendimiento de nosotros es que salió el vuelo de Sinaloa (…) la evidencia que vimos nosotros cuando llegó (…) es que El Mayo lo habían llevado en contra de su voluntad (…) quiero que lo entiendan muy claramente: no hubo recursos de los Estados Unidos en esta operación, no fue un avión de los Estados Unidos, no fue un piloto de los Estados Unidos, no fueron nuestros agentes o nuestra gente en México. Esto era operación entre los cárteles en donde uno se entregó a otro”, explicó Salazar.
Cuando cerró su mensaje destacando la colaboración con México y los “buenos resultados” en materia de seguridad, pareció más un intento forzado de cordialidad que la expresión de un convencimiento auténtico de ese presunto trabajo conjunto.
Lo cierto es que la salida de Ken Salazar para dar este posicionamiento vuelve a dejar mal parado al gobierno de la 4T. Por un lado, deja claro que el gobierno estadounidense prefirió hacer pública la información que tenían antes de atender las insistentes peticiones de López Obrador de que le informaran de lo sucedido.
Eso significa, por donde se le vea, que la relación binacional México-Estados Unidos no pasa su mejor momento, y que en materia de cooperación para el combate al narcotráfico lo que reina es la desconfianza.
Y lo más grave, si como dice el embajador de EU no hubo participación de sus agentes, y López Obrador niega también que alguna autoridad mexicana hubiera participado en esta detención, se confirman también las fallas de inteligencia y/o la infiltración del crimen organizado en el gobierno de México, que les permite plena movilidad sin que se les persiga o detenga, al grado de tener reuniones con políticos, como lo declaró también “El Mayo” el fin de semana, al afirmar que cuando el hijo de “El Chapo” lo secuestró para llevarlo a EU, lo engañó de que se reunirían con el gobernador de Sinaloa.