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El rector y su reunión con Mario Delgado

“No nos estábamos escondiendo”. Son las palabras de Ricardo Villanueva Lomelí, rector general de la Universidad de Guadalajara, cuando habla de la inesperada reunión que sostuvo el 13 de julio pasado con el presidente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, en un conocido café de la Ciudad de México.

Jovial, sonriente, bromista. El rector de la UdeG intenta en todo momento quitarle hierro al encuentro con el dirigente nacional del partido político más grande y dominante del país. Pero hay dos cuestiones que por ser tan evidentes, hasta se desenfocan: Villanueva es muy rentable como candidato, primero, y además, el Grupo Universidad no está ni remotamente fuera de combate.

“Él me buscó”, dice el rector, aclarando que la reunión con Mario Delgado ocurrió por solicitud directa del dirigente partidista. Y aunque el encuentro pudo haber pasado totalmente desapercibido, aclara que ambos acordaron tomarse la foto y hacerla pública: carambola de tres bandas, con destinatarios como el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, el regidor Carlos Lomelí, el presidente municipal Pablo Lemus Navarro e incluso, el coordinador de diputados de Morena, José María Martínez, artífice de los inéditos acuerdos entre su bancada y el gobierno estatal.

“Hablamos de política, sí”, acepta el rector. E insiste en que su principal objetivo es “vender” a la Universidad de Guadalajara como institución, porque siempre que haya oportunidad de acercarse con quienes están cerca de la presidencia del país, la aprovechará. Pero admite, también, que la posibilidad de una alianza política para las elecciones de 2024 está vigente, aunque apenas en proceso de construirse.

En la síntesis obligada de este texto, lo que puede leerse con toda claridad es que Villanueva Lomelí será candidato en 2024. Es el momento ideal para él. Su gestión como rector concluye en abril del año 2025 y después de eso, ningún cargo en la institución educativa le concederá los reflectores para mantener el nivel de conocimiento del que ahora goza.

Pero ser candidato por el partido Hagamos no alcanza para nada. La tendencia es nacional: se requieren las coaliciones para consolidar triunfos en las urnas. El rector descarta por completo -al menos así lo dice- una plataforma con el trío PAN-PRI-PRD.

Movimiento Ciudadano es el gran enemigo del Grupo Universidad, aunque él prefiere señalar no al partido naranja, sino al gobernador del Estado.

¿Qué más queda? Morena.

Les conviene a él y al Grupo Universidad (claro, inclúyase la voluntad de Raúl Padilla López). Y le conviene a Morena, que no tiene una figura consolidada en el horizonte electoral para 2024 en Jalisco. Si la hubiera, Mario Delgado no habría buscado ningún encuentro.

Esa reunión empieza a modificar escenarios.

Es motivo de análisis en los equipos del alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, y también en el del regidor Carlos Lomelí, que otra vez acaricia la posibilidad de ser candidato.

Y es motivo de revisión, igualmente, en Casa Jalisco. ¿Hasta qué punto el presidente Andrés Manuel López Obrador puede modificar su postura para con la Universidad y con sus dirigentes? Ya ha mostrado en muchos temas y ocasiones, que con todo y su Cuarta Transformación, es tan pragmático como cualquier otro político. 

El jugador que parecía derrotado tomó nuevo impulso. Si el escenario electoral parecía definido, ahora se dibuja otro. Los que parecían enemigos irreconciliables encontraron los “otros datos” para coincidir.

jonasn80@gmail.com / @JonasJAL

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