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El planeta en crisis (III)

En el artículo anterior se narraban los efectos del desequilibrio en el campo magnético de la Tierra; entre ellas, se destacan las radiaciones cósmicas que penetraron a la atmósfera y que se quedaron atrapadas, como lo son los rayos ultravioleta de alta densidad, rayos X, rayos gamma, entre otros; y estas radiaciones se suman a las ya existentes que el campo magnético terrestre no consigue filtrar. Un punto importante que no se debe de omitir es que las radiofrecuencias, que son usadas para todo tipo de comunicaciones, alteran la frecuencia de sus longitudes de onda. De este modo, se convierten levemente más dañinas para cualquier ser vivo.

Otro aspecto a considerar es que existen ondas denominadas no ionizantes, las cuales pueden ser tolerables para el ser humano y algunas especies de animales, y por otra parte, se encuentran las ondas denominadas ionizantes, las cuales sí son altamente nocivas y peligrosas para los seres vivos cuando las concentraciones de éstas son altas y constantes.

En los últimos 5 años se ha impulsado el uso de la controversial tecnología 5G, de la cual todavía no se ha podido demostrar a las compañías que la promueven, los riesgos y daños que se le atribuyen. Así mismo, no se espera que se logre demostrar de manera contundente ni a corto ni mediano plazo ya que las radiaciones cósmicas que penetraron a la atmósfera están alterando aún más la banda ancha de su frecuencia.

No obstante, ya existen evidencias de algunas consecuencias de su nocivo efecto. En los últimos 20 días se ha observado la muerte en masa de aves en diferentes partes del mundo y lo más sorprendente es que estos acontecimientos han ocurrido en las áreas y ciudades donde se experimenta la red 5G.

El efecto de las radiaciones solares en el ser humano actúan en sus dos extremos; cuando éstas son filtradas por el campo magnético terrestre, son beneficiosas para la piel ya que causan que las células produzcan vitamina D3 y ésta a su vez eleva la producción de linfocitos T, los cuales aumentan las defensas; por el contrario, cuando las radiaciones están alteradas y saturadas, que es como se encuentran en el planeta a causa del desequilibrio magnético, provocan la disminución de las defensas del sistema inmunológico. Siendo lo anterior unido a la pandemia del COVID-19, resulta una mala combinación que está aumentando los casos de contagio a nivel mundial y sobre todo en las zonas donde ya existen las antenas para esta tecnología. Cabe añadir que recientemente en Suiza ya se han dado cuenta de ello y han prohibido su implementación, siendo así que otros países europeos están haciendo lo mismo.

En el año 2015, 180 científicos de 36 países alertaron a la Unión Europea sobre el tema, y posteriormente en el 2017 a la ONU. Por independiente el Dr. Martin L. Pall, distinguido bioquímico y profesor de la Universidad Estatal de Washington, informó sobre los graves efectos de dicha tecnología en las salud resaltando las enfermedades que causaría: ceguera, pérdida de audición, cáncer de piel, infertilidad masculina, problemas de tiroides, alteración y problemas tanto neuronales como de los ciclos circadianos, reducción en los niveles del sistema inmunológico, entre otros.

Finalmente, te invito a reflexionar e informarte de todo lo que está sucediendo a tu alrededor y a tomar en cuenta y seguir todas las recomendaciones que se hacen para evitar tener muy cerca las radio frecuencias, sobre todo de los dispositivos móviles. 

En el próximo artículo, se analizará la realidad del COVID-19 y la posible imposición de las vacunas y su repercusión.

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