El peso de la pandemia
Ahora resulta que el virus nos ha metido en un camino de incertidumbre, y ya no tenemos claro para cuándo termina. De repente todo indicaba que la pesadilla estaba por terminar, y que por ello se abrieron las puertas y ventanas de eventos sociales, actividades laborales, comerciales y espectáculos.
Pero resulta que parece que estamos en un mar de pandemia, ola tras ola, y ya sin saber cuándo termina. Nuevas cepas, más contagiosas o con diversas afectaciones, el caso es que la sociedad está en jaque de nuevo y no hay certeza alguna, de qué debemos de esperar.
Se supone que para septiembre se abrían las puertas de los planteles escolares, para retornar a la "normalidad". Pero ahora con estas novedades ya no se puede afirmar. La final de la Eurocopa, fue un vivo ejemplo de que en aquel país han disminuido las restricciones y los cuidados. Aunque ya hoy no parece el momento para cantar victoria.
Unos siguen con sus cuidados habituales, más o menos estrictos, otros ya han arrojado el tapabocas al archivo de un desagradable momento del pasado.
Entre vacunas y el polémico dióxido de cloro, como remedio alternativo, las familias tapatías ya han disminuido su miedo al COVID-19. Tal vez sea un poco prematuro, pero muchas familias con su ansia y hasta urgencia por reunirse con amistades y seres queridos, han asistido a cuanta invitación reciben, quizá como una lógica a tanta abstinencia y encierro.
El problema es que sigue cobrando vidas, afectando la salud de muchos y atemorizando constantemente a los negocios y escuelas, que ya no sabemos que pueda suceder.
Prudencia y continuar con el cuidado, aún no ha terminado y hoy se sabe de más personas afectadas. No queremos que tú seas la próxima y no sepamos ni cómo va a reaccionar tu cuerpo. Igual y no te pasa nada, e igual sí.