Ideas

El pensamiento Alicia en López Obrador

En 2006, el filósofo español Gustavo Bueno publicó el libro “Zapatero y el pensamiento Alicia, un Presidente en el país de las Maravillas”. Fallecido en 2016, es aún uno de los grandes filósofos vigentes, muy polémico y aterrizado en las realidades políticas. Con una trayectoria imposible de sintetizar aquí. Aún cuando se puede estar de acuerdo o no con sus líneas de pensamiento, el núcleo del texto citado es muy relevante para entender nuestra situación actual. Lo de Zapatero aquí no es relevante.

Si bien ya se han dicho las claves para entender algo de éste Gobierno -López Obrador va por concentrar todo el poder durante el mayor tiempo posible, sólo es limitado por sus compañeros de viaje, manejándose de formas muy turbias, y llegando al poder casi total antes de tiempo-, faltaba entender el cómo se pretende llegar a dichos objetivos y a los de Gobierno. No es ninguna novedad. Las acciones del lopezobradorismo han sido de forma recurrente insensatas, equivocadas, contra la técnica y toda racionalidad. Casi todo lo han hecho mal, teniendo a su mano todas las posibilidades de hacerlo bien. De las contradicciones y falsedades mejor ni hablemos, un día se dice una cosa y al otro lo contrario. Un ejemplo del desgarriate fue la existencia de dos planes nacionales de desarrollo. O la esperanza de superar la inseguridad con la simple creación de la Guardia Nacional y las dádivas clientelares. Además, los números no engañan y no vamos bien. Pero para el Presidente y sus seguidores todo va sobre ruedas. ¿Qué pasa? ¿Por qué tanta ineficiencia y errores?

A diferencia del pensamiento Alicia, el pensamiento utópico -por definición no se puede llegar a la utopía pero pretende acercársele- sabe de todos los problemas y obstáculos a superar. Se parte de la realidad para modificarla, pero con la conciencia de toda la problemática para tratar de aterrizar en el objetivo. Tampoco es surrealismo, donde se pretende aislar a la conciencia para depender del automatismo y del inconsciente. Éste se parece a las prácticas espiritistas pero aplicadas al arte.

En cambio, el pensamiento Alicia “es una deformación ideológica de la conciencia de tipo infantil, ingenuo, simplón. Pero al representarse el mundo al revés, el pensamiento Alicia no quiere tener conciencia de las dificultades que habría que vencer para llegar a él, ni, por tanto, de los métodos o caminos que sería preciso habilitar. Todo es mucho más sencillo: se tiene la voluntad de pasar a ese mundo al revés y basta”.

Todo es fantasía. Todo es maravilloso, tal como en el país de Alicia de Lewis Carrol. Ésto va más allá  del pensamiento mágico, el cual consiste en atribuirle causas erróneas a determinados hechos. La superstición es su mejor representante. Pero el pensamiento Alicia es mucho más intenso y peligroso. La voluntad de López Obrador basta. Los obstáculos impuestos por la realidad no existen. Por ello no hay método para llegar a los objetivos. Y al parecer ni lo habrá. Porque no importa. El Presidente -y acólitos-, viven en México, el país de las Maravillas. Así de grave.

sergio@aguirre-consultores.com.mx / @seraguirre)

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