El nuevo fracaso de Emery y el Arsenal
Tras 18 meses en el cargo, el entrenador español Unai Emery fue destituido de su cargo en el Arsenal luego de seis partidos sin ganar y únicamente un triunfo en los últimos ocho juegos. Se marcha sin conseguir el principal objetivo para el cuál fue contratado, devolver a los “Gunners” a la UEFA Champions League, y deja al club a ocho puntos del cuarto lugar (Chelsea) y con un nivel de juego cada vez más descendente.
Para Emery, este fracaso representa un duro golpe a su carrera como entrenador. Aunque tiene en su haber un tricampeonato de la UEFA Europa League (2014, 2015 y 2016) con el Sevilla, logros que lo catapultaron a dirigir proyectos de primera línea en Europa (París Saint-Germain y Arsenal), Emery ha dejado la impresión de ser un técnico que falla en los momentos decisivos. Su planteamiento defensivo con el PSG en aquellos Octavos de Final de UEFA Champions League (2016-2017) contra el Barcelona fue en gran medida detonante de que perdiera un 4-0 de ventaja en el último minuto de la eliminatoria. Al año siguiente, nuevos errores en la distribución táctica y elección de jugadores permitieron la clasificación del Real Madrid en la misma instancia.
Sin embargo, su innegable capacidad táctica y de análisis llevó a Emery al Arsenal en una etapa sensible para el club, pues se terminaban 22 años del francés Arsene Wenger en el banquillo “gunner”, el hombre que construyó el prestigio y la filosofía moderna, de futbol ofensivo, por las cuales la escuadra de Londres ha sido admirada en los inicios del Siglo XXI. No obstante, el Arsenal venía en declive deportivo, con muchos años de sequía y falta de protagonismo en los torneos oficiales más importantes (Liga Premier y Champions), y mucha gente pidió un cambio de proyecto.
En los primeros meses de Emery, pareció que la apuesta por la renovación daba resultados, pues el club llegó a acumular 22 partidos sin perder en todas las competiciones, pero a partir de la recta final de la temporada 2018-2019 se le cayó el equipo al entrenador vasco. Pese a tener un calendario accesible, derrotas ante equipos como Crystal Palace o Wolverhampton lo sacaron de los cuatro primeros lugares en la Premier League, y perdió por goleada la Final de la UEFA Europa League contra Chelsea, en la última vía para meterse en la Champions. La temporada 2019-2020 fue una prolongación de ese mal cierre, pero con peor juego y sensaciones.
Es cierto que Emery cometió errores, empezando por sus cambios de sistema (jugó con ocho disposiciones tácticas diferentes en unos pocos meses), y el manejo de conflictos internos de vestidor como apartar a Mesut Özil o quitarle la cinta de capitán al suizo Granit Xhaka. Pero el Arsenal, a nivel directivo y deportivo, es un club sin lineamientos fijos y establecidos, empezando por un dueño, Stan Kroenke, quien ve al club más como un activo financiero que genere ingresos que como una entidad deportiva de éxito dentro de las canchas. La planificación deportiva es caótica, con salidas como la de Sven Mislintat, buscador de talentos famoso por planificar el Borussia Dortmund dirigido por Jurgen Klopp, quien se fue a inicios de año por diferencias con quienes toman las decisiones. Y aunque en ataque el equipo está bien reforzado (Aubameyang, Lacazette, Nicolás Pepé), la defensa es la zona más débil y concede demasiadas ocasiones de gol durante los partidos, al nivel de equipos que se juegan la permanencia.