Ideas

El maltrecho edificio Plaza

Ignacio Diaz Morales fue un gran arquitecto. Su carrera fue difícil y muy sacrificada. Pero logró, digamos de 1948 a 1992, ser el maestro por antonomasia de la arquitectura de todo el occidente del país. 

Con la ayuda instrumental de Luis Barragán logró hacer la gran Cruz de Plazas. O sea, IDM no conocía al Gobernador González Gallo hasta que LB lo recomendó vivamente para plantearle al gobernador una cruz de plazas con la que IDM soñaba desde mediados de los años treinta, cuando desde lo alto del ábside de catedral se imaginó quitando dos manzanas y haciendo la gran plaza de Guadalajara. Es hora que algunos pensamos que fue un gran acierto, otros que piensan que fue un gravísimo crimen. La historia nos absolverá. La plaza del Dos de Copas, o de la Liberación es un maravilloso, generoso y sobrio espacio abierto en donde como dijo DM la gente puede sentarse de balde en la sala mayor de su ciudad. 

Cuando DM estaba haciendo sus plazas se le acercó don Eduardo Ochoa Montes de Oca, quien se había hecho, con muchos trabajos, del frente poniente completo de la avenida 16 de septiembre dando a la Plaza de Armas. Pero don Eduardo quería un edificio rentable y le pidió, al arquitecto y al alcalde y al gobernador, construir planta baja, rehaciendo el portal del Casino Jalisciense, y seis pisos más. Era un error, ahora se ve claro. El edificio quedó desproporcionado para el sitio que tiene. Puede, inclusive, ser aplastante. 

La factura del edificio es buena, en lo general. Estéticamente no es nada agraciado y algo tiene de fascista, con su rigidez y su balcón corrido superior. Se parece a mucha de la arquitectura franquista de la época. 

Total, allí está la estramancia diazmoraliana, frente a frente con Palacio de Gobierno. Vienen las obras de la línea 3 del metro tapatío y el edificio Plaza se resquebraja al punto que requirió un muy severo apuntalamiento de los portales que hoy puede verse. 

Hace años que la familia Ochoa, encabezada por don Eduardo Ochoa Castiello, vendió el inmueble. Ahora, el edificio ha tenido que ser desalojado, al punto de que es inseguro caminar en su periferia.

Quizás lo mejor que puede pasar, ni modo, demoler el edificio y hacer uno mucho más acorde al espacio y más bajo. 

Ahí queda eso.

jpalomar@informador.com.mx

Síguenos en

Temas

Sigue navegando