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El funcionario del agua que está en prisión por ignorar una firma

Le dijeron que firmara, los ignoró y se lo llevaron a la cárcel.

La relevancia de su arresto pasó casi inadvertida entre la opinión pública por temas de altísimo impacto: una masacre registrada en un centro de rehabilitación, una niña que fue quemada en el interior de una clínica, una nueva titular de Derechos Humanos, la muerte de Luz Raquel Padilla y el que citaran a declarar a quien ahora llamamos Francisco “N”, pero a quien antes también le decíamos Francisco Ayón López.
A él también hoy le decimos “N”. Felipe “N”, para ser más exactos. Pero cuando el PRI gobernaba Jalisco era Felipe Tito Lugo Arias, el poderoso titular de la Comisión Estatal del Agua (CEA), quien sustituyó en el cargo a José Luis Hernández Amaya después de que este último contradijera al gobernador Aristóteles Sandoval respecto a la altura de la cortina en la Presa El Zapotillo.

El Felipe “N” del que les hablo es el mismo Felipe Tito Lugo que un día afirmó que mentían deliberadamente quienes, como yo, aseguraban que él jamás iba a estar en el corte de listón de la Planta Derivadora de El Purgatorio, que –en la teoría– por fin iba a llevar agua del Río Verde a la Zona Metropolitana de Guadalajara.

También es el mismo Felipe Tito que, en el lejano abril de 2013, aseguró que trabajaría bajo un enfoque integral y “con respeto absoluto al medio ambiente”.

El ingeniero civil, de 73 años de edad y con una experiencia laboral de más de cuatro décadas en el sector del agua, en la que se incluye el Acueducto Chapala-Guadalajara y las presas Trigo Mil, La Pólvora y El Salto, hoy se encuentra en prisión y permanecerá al menos medio año ahí. Es señalado por un desvío de 58 millones de pesos. El delito específico es desvío y aprovechamiento indebido de atribuciones y facultades.
Para traducirlo al español, el ex titular de la CEA está acusado por firmar para que se contrataran servicios, pero lo hizo sin respetar la ley de adquisiciones, la del presupuesto o la del agua. Es más, no hay ni evidencia de que esos servicios que se contrataron, y por los que el funcionario plasmó su firma, en realidad se hubieran realizado.

Felipe Tito Lugo jamás quiso acudir a firmar cuando la Fiscalía Anticorrupción tocó a su puerta. Los notificadores le entregaron el citatorio y él, cortante, les respondió que el tema “lo verán sus abogados”. Sólo ellos.

En la entrega del tercer citatorio, prácticamente le pidieron “de favor” que se presentara y cumpliera el requisito. “Ándele, vaya. Evítese broncas”.
Pero Tito Lugo, o “N”, decidió ignorarlos nuevamente y continuar con su vida.
…Hasta que la magia terminó.

El juez requirió su presencia y, por dilación judicial (o ignorarlo), el proceso del ex titular de la CEA no alcanzó el beneficio de prisión domiciliaria, lo cual pudo haber ocurrido. Hoy, Felipe Tito Lugo pasa sus noches en el centro penitenciario de Puente Grande, en la misma prisión donde se encuentra el también ex funcionario de primer nivel, Francisco “N”, o como todos lo conocíamos: el súpersecretario de Aristóteles Sandoval.

Quizás su arresto pasó de largo en vista de los eventos de alto impacto que se han registrado recientemente en Jalisco, pero no deja de ser importante que, sea de manera justa, o no, otro funcionario de primer nivel del agua en Jalisco se encuentra tras las rejas, en una lista en la que eventualmente estuvieron Enrique Dau, César Coll, Rodolfo Ocampo y Aristeo Mejía.

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