El frío de Atlanta
Atlanta, Estados Unidos
La madrugada de ayer, la ciudad anfitriona del Super Bowl se vio afectada por un marcado descenso en la temperatura. Las autoridades comenzaron a trabajar para evitar que los caminos y carreteras se congelaran. Las calefacciones de los restaurantes y hoteles comenzaron a funcionar a su máxima capacidad, pero hay algo que, a días del evento, no se ha calentado en la ciudad: el ánimo de la gente.
A pesar de los pendones que cuelgan de cada poste y de cada luminaria. De que la rueda de la fortuna tiene los colores de los 32 equipos de la NFL y de que el centro de la ciudad está tapizado, de arriba a abajo con logos del evento, parece que la gente no se ha metido de lleno a la fiesta.
A diferencia de lo que sucedió en Houston o incluso en Minnesota -en donde las temperaturas estaban cerca de los -20°-, aquí las activaciones de la Liga se han visto casi vacías. Por si fuera poco, el “Super Bowl Live”, que se celebra al aire libre en donde se reúnen camiones de comida, pantallas gigantes, escenarios para bandas locales y una réplica monumental del trofeo Lombardi, tuvo que ser cerrado por las temperaturas.
La tienda de productos oficiales, que generalmente tiene filas para poder entrar o hacer una compra, no ha registrado la misma cantidad de personas que estamos acostumbrados a ver. Es cierto, los voluntarios hacen una labor excepcional para recibir a los visitantes, reporteros, jugadores y locales. Las personas de seguridad siempre te reciben con una sonrisa. Pero el evento aún se siente lejano.
Quizá se debe a que es temprano en la semana o a que todos los eventos, incluyendo el estadio, se encuentran en la misma zona de la ciudad, que es la del centro, pero es una realidad que hasta ahora, para el Super Bowl LIII, Atlanta es hasta ahora una ciudad gélida.