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El fondo del "Plan B" de AMLO

¿Qué hay detrás del “Plan B” de AMLO en materia electoral? ¿Por qué quiere presuntamente “destazar” al INE?

Durante la administración de Andrés Manuel López Obrador se han nombrado a cinco de los 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a cuatro de los cinco integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México.

Con los nombramientos de cuatro consejeros del INE en el próximo mes de abril, durante el sexenio se habrán elegido a ocho de los 11, incluyendo al presidente del Instituto.

Pareciera entonces que AMLO podría tener el control de tres instituciones clave del Estado Mexicano.

Pues no.

Veamos el caso de la Corte.

En esta administración llegaron a la Corte Yasmín Esquivel, Loretta Ortiz, Margarita Ríos Farjat y Juan Luis González Alcántara.

El ministro Arturo Zaldívar, quien ejerció la presidencia en los primeros cuatro años del sexenio, parecía ser muy cercano al Presidente de la República. Así que AMLO podría haber tenido de su lado a cinco de los 11 ministros, una cantidad más que suficiente para impedir la declaratoria de inconstitucionalidad de leyes aprobadas por el Congreso.

López Obrador señaló, sin embargo, que le tiene confianza cuando mucho a dos o a tres ministros.

Se pueden enumerar sin dificultad: Arturo Zaldívar, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz.

El caso del Banxico es aún más claro.

En la actualidad, sólo la subgobernadora Irene Espinosa es la única persona de la Junta de Gobierno que no fue propuesta por López Obrador.

Sin embargo, hasta ahora el Banco de México ha tomado decisiones con una visión ortodoxa de la política monetaria y ha incrementado las tasas de interés a pesar de la molestia del Presidente López Obrador y del mayor costo de la deuda pública que ello produce.

En el caso del INE, en el año 2020 se dio el nombramiento de cuatro nuevos consejeros: Norma Irene de la Cruz, Carla Humprey, Martín Faz y Uuc-kib Espadas.

Todos ellos se sumaron a la mayoría del Consejo para votar la semana pasada de manera unánime para que se haga uso de todos los recursos legales para impedir la vigencia de las reformas legales denominadas “Plan B”.

Las experiencias pasadas le indican al Presidente López Obrador que no es suficiente en algunos organismos nombrar a personas que parecen cercanas a la 4T.

Quizás por eso, en el caso del INE, la visión es que no basta con sumar cuatro aparentes incondicionales, sino que hay que “destazarlo”.

Un INE acreditado podría dar legitimidad y fuerza al triunfo de algún morenista en 2024. Un INE debilitado puede dar lugar a cuestionamientos.

Pero, López Obrador no es alguien que guste de dejar cabos sueltos.

Entiende que su magnetismo no es heredable; que Morena puede fisurarse o incluso fracturarse en el proceso sucesorio, y que tal vez le resulte mejor que cualquiera que sea la candidata o el candidato, lo necesiten más a él para ganar la elección.

Por eso quiere ir hasta el fondo con el “Plan B”.

Veremos si la Corte lo permite.

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Enrique Quintana

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