Ideas

El festín de la otra democracia

“Todos al Zócalo. Fiesta por la democracia”, dice la invitación que el martes en redes sociales hizo circular Claudia Sheinbaum para que el próximo 1 de marzo la acompañen a arrancar su campaña por la presidencia de la República. Y exhorta a todos: ¡Sigamos haciendo historia! Pero suponemos o se asume que al festín no están invitados los “falsos e hipócritas” -según dijo ella misma el lunes- que el domingo pasado se concentraron en diferentes ciudades del país para defender “la otra” democracia.

Pero ¿qué se entiende por democracia? Una definición dice que “es considerada como una forma de gobierno justa y conveniente para VIVIR EN ARMONÍA. En una democracia ideal la PARTICIPACIÓN CIUDADANA es el factor que materializa los cambios, por lo que es necesario QUE ENTRE GOBERNANTES Y CIUDADANOS SE ESTABLEZCAN UN DIÁLOGO para alcanzar los objetivos comunes”. Entonces, esta última definición le da más sentido y crédito a la democracia por la que se marchó el domingo y no a la que se invita a festejar el 1 de marzo.

Y es que en la concentración que se avecina en el Zócalo, no será 100 por ciento de PARTICIPACIÓN CIUDADANA espontánea, sino de miles de acarreados que llegaran en autobuses, no será de ARMONÍA porque seguramente vendrá las agresiones verbales en contra de los “conservadores” y de los otros poderes -sobre todo el judicial- y por lo tanto no existe esa ARMONÍA, y menos -por obvias razones- se logrará un DIÁLOGO entre la autoridad y el ciudadano en general. Entonces esta concentración será por la otra democracia, no la verdadera y por la que miles de mexicanos se manifestaron el domingo pasado en diferentes ciudades de la República y en algunas en el extranjero.

Andrés Manuel López Obrador también trato de enarbolarse en la bandera de la democracia, cuando el lunes desde la mañanera habló sobre quienes tomaron parte en las concentraciones ciudadanas del domingo al señalar, “Se disfrazan de demócratas cuando eran los más tenaces violadores de los derechos del pueblo”. Sin embargo, las marchas del fin de semana fueron espontáneas, independientes -sin colores de partidos de por medio-, pacíficas, de convivencia familiar y cívicas.

Xóchitl Gálvez, la abanderada de la oposición -quien es la punta de lanza para encabezar la verdadera democracia-, fue muy clara al establecer que la democracia se manifiesta “en las calles y en las plazas públicas”, pero lo más importante, “se ejerce en las urnas”. Y es precisamente el punto de lo que establecimos el lunes pasado en este mismo espacio; que es urgente que las expresiones de fervor por la democracia que fueron manifestadas por miles de mexicanos, se traduzcan en votos. Porque el primer paso fue manifestar en las calles el deseo de “enderezar el rumbo”, pero el paso definitivo es el 2 de junio cuando a través del voto decidamos si queremos la verdadera o la otra democracia.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez

daniel.rodriguez@dbhub.net

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