El estrés por la pandemia
¿Qué hacer para disminuir los efectos que nos produce el COVID-19? El miedo siempre está detrás del estrés, de hecho digamos "miedo a algo" en vez de sólo decir que estás estresad@.
Cuando tomamos conciencia de que tenemos miedo, entonces es mucho más fácil enfrentarlo. Es identificar a qué le estamos teniendo miedo. Porque el gran problema es que lo mesclamos con la imaginación y acabamos haciendo toda suerte de fantasías, hasta llegar a inventarnos fantasmas y aterradores monstruos.
El problema es que vivir con miedo, nos aumenta el estado de alerta y por ello disminuye el poder defensivo de nuestro sistema inmunológico, y en consecuencia, quedamos más frágiles y expuestos a que nos afecte cualquier virus o bacteria.
Ya de por sí el estilo de vida que tenemos nos genera tensiones, por el simple hecho de que tenemos que cumplir con múltiples compromisos y exigencias en relación a la puntualidad y a los pagos, por dar algún ejemplo. Como para que además le agreguemos la carga emocional del trabajo en casa, la cuarentena y la alteración de la vida social y económica.
Para muchos no ha sido fácil adaptarse a estas circunstancias, y lo peor del caso, a no tener certeza de cuándo pueda ya terminar.
La mayoría de las recomendaciones para superar esta situación, se centran en la aceptación y la adaptación. La primera no se trata de una vaga resignación, sino en el reconocimiento pleno de que muy poco se puede hacer y por tanto vivir la impotencia sin quejarse ni repele. Y la segunda implica la exhortación darwiniana de que no sobreviven los más aguerridos y valientes, sino los que encuentran la forma más inteligente para continuar. Es decir, los que mejor se adaptan a los cambios y a las nuevas circunstancias.
Así que, para salir adelante del reto que estamos viviendo, es mejor reducir nuestras tensiones y miedos, aceptando y adaptándonos sin el malhumor, la frustración, la tristeza y así reconocer los múltiples imprevistos que ahora tenemos que afrontar.