El engaño de El Zapotillo… otra vez
“El Gobierno del Estado dice lo que quiere decir; inventan cualquier tipo de argumento con el pretexto de que tienen los conocimientos técnicos para justificar cualquier tropelía, como la de inundar Temacapulín, y eso no tiene justificación”.
Estas sabias palabras no son de ningún habitante de Temacapulín que se opone a que le inunden su pueblo, de un ejidatario afectado por el acueducto a León o de un activista que se opone al manejo del agua mediante presas y trasvases. No. Las sabias palabras son de Enrique Alfaro Ramírez, del 24 de abril de 2012, cuando buscaba por vez primera la gubernatura de Jalisco (https://www.informador.mx/Jalisco/Alfaro-en-pro-de-detener-El-Zapotillo-si-el-embalse-inunda-Temacapulin-20120424-0090.html).
Como se sabe, Alfaro perdió la elección de ese año frente al priista Aristóteles Sandoval. En 2018 se volvió a postular y ganó. Ya en el cargo se desdice y traiciona el ofrecimiento que hizo a los pobladores de Temacapulín de oponerse a la construcción de la presa El Zapotillo.
Traicionar sus compromisos frente a los pueblos que se oponen al megaproyecto hidráulico parece una condición para ser gobernador. Lo mismo hizo el panista Emilio González Márquez, quien prometió a los aguerridos habitantes de Temaca que la presa se cancelaría si la mayoría de los habitantes la rechazaba. La comunidad hizo su propia consulta y 97 por ciento votó en contra de la presa, pero Emilio González rompió su promesa y la presa siguió adelante.
El priista Aristóteles Sandoval Díaz también prometió, como candidato y como gobernador electo, que no aprobaría la inundación de Temacapulín, pero también traicionó su compromiso y al final hizo lo que pudo para sacar adelante la presa. Ahora tocó el turno de romper promesas a Enrique Alfaro, como vimos con sus palabras como candidato en abril de 2012.
El lunes se manifestó abiertamente a favor de que el gobierno federal reanude la construcción de la presa El Zapotillo. Vamos a ver si el presidente Andrés Manuel López Obrador no se suma a la lista de políticos que incumplen sus promesas: él también, como candidato, se dijo a favor de la resistencia de los pobladores.
Como se sabe, Enrique Alfaro hizo este anuncio a favor de El Zapotillo en medio de unos tandeos que se han convertido en la peor escasez de agua potable para los tapatíos en varios años. El anuncio se da, además, con un tono de advertencia que suena a amenaza: “Necesitamos entender que vamos a vivir tres meses de sequía durísima”. El mensaje parece claro: si no sacamos adelante El Zapotillo, los tapatíos se quedarán sin agua.
El problema: todos los especialistas han denunciado y demostrado que El Zapotillo no es la solución para la escasez de agua en Guadalajara. Han explicado hasta la saciedad que la cuenca del Río Verde no tiene el agua que se dijo al diseñar este megaproyecto, 15 años atrás. Tanto la cuenca del Río Verde, como la del Santiago, se encuentran en niveles de “moderadamente seco” a “extremadamente seco”.
Además de la falta de agua en el Río Verde, los pueblos que han resistido a la presa han desnudado que las verdaderas razones del trasvase de agua de Los Altos son para favorecer intereses del capital industrial, comercial e inmobiliario asentado en el llamado Puerto Seco o Guanajuato Puerto Interior en León; además de que, en sí misma, la presa y el acueducto representan un negocio lucrativo para constructoras y para la empresa a quien se le concesione el manejo del agua.
Aunque tanto el gobierno federal como el de Jalisco ganaron la elección prometiendo transformación y refundación de la vida pública, en manejo del agua no hay políticas distintas, como presumen, sino el triunfo de distintas dinámicas de acumulación de capital que requieren el agua para realizar ganancias a sus inversiones, sin importar los despojos, desplazamientos y muerte que implican estos megaproyectos.
Claramente existe complicidad o rendición de la clase gobernante ante intereses privados que buscan beneficiarse de El Zapotillo. Pero la última palabra no la tienen ni gobiernos ni comerciantes o negociantes del capital privado, sino los pueblos y la sociedad que se resiste a este megaproyecto hidráulico.
rubenmartinmartin@gmail.com / @rmartinmar