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El efecto mariposa, el volcán y la pandemia

Por ahí debe haber escrito Borges (y si no, Funes; o alguien lo soñó) que el aleteo de una mariposa desata un huracán al otro lado del mundo. Los científicos, sobre todo los meteorólogos, que trabajan sobre asuntos como la predecibilidad o incertidumbre de un acontecimiento, lo han formulado en la teoría del caos (otro invento digno de Borges).

Pues resulta ahora que, a lo que parece, la caída de la República romana tuvo que ver con la erupción de un volcán en Alaska. Según un sesudo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences de Estados Unidos,* se ha determinado que a principios del año 43 AC se registró tremenda erupción del volcán Okmok, en Umnak, una de las islas Aleutianas, que causó alteraciones severas en el clima mundial.

En el siglo primero antes de Cristo cayeron la República romana y el reino de los Ptolomeos; fueron dos de las transiciones políticas más importantes en la historia de la civilización occidental. Ahora los científicos han demostrado que esa transición ocurrió durante un periodo extremadamente frío que se debió a la erupción de aquel lejano volcán. Las fuentes latinas describen para ese tiempo inmediatamente posterior un clima inusualmente frío alrededor del Mediterráneo (con una caída de hasta 7º centígrados y lluvias torrenciales), que causó la pérdida de las cosechas, hambrunas, epidemias, tensiones sociales, disturbios populares y trifulcas políticas. 

Ahora, los estudios de las capas de hielo árticas han confirmado la fecha exacta de la erupción, lo que se ve respaldado por otras investigaciones sobre el clima en la cuenca mediterránea: los años 42 y 41 fueron de los más fríos en los milenios recientes en el hemisferio Norte, y el principio de una de las décadas más álgidas. Ya los historiadores habían especulado desde antes que alguna alteración de origen volcánico podía haber dado pie a esas vacas flacas. Esto sugiere una vulnerabilidad muy significativa de estados poderosos, complejos y bien organizados, como Roma y Egipto, a los impactos hidroclimáticos, los cuales deben ser tomados en consideración para dar cuenta de los desarrollos históricos de la época.

El asesinato de Julio César en el año 44 AC desencadenó una lucha de poder que a la postre acabaría con la República y, de paso, con el reino ptolemaico, y llevaría al surgimiento del Imperio y a un reajuste geopolítico general de la ecúmene.

Todo eso recuerda también la historia del clavo de la herradura por el que se perdió un reino. Y también trae a la memoria malos ratos como aquel del “efecto tequila”, que puso a bailar a la economía mundial.

Aterra pensar que, con la pandemia, que no queda del otro lado del mundo sino en todas partes al mismo tiempo, los otros jinetes apocalípticos vienen a la zaga. La mesa está servida con el miedo generalizado, miles de enfermos y muertos, protestas en todas partes (algunas razonables, otras absurdas), pérdida masiva de empleos, etcétera. Y en México, ni digamos.

*https://www.pnas.org/content/early/2020/06/25/2002722117
 

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