Ideas

El discurso de “Judas” en el Senado 

Nos fuimos a dormir en una República y despertamos en una dictadura.

Mientras la oposición repite ese disparate tras la aprobación de la reforma judicial en el Senado, me sorprendió Miguel Ángel Yunes Márquez, el “Judas” panista que votó a favor. 

Su posicionamiento fue el más centrado y razonable que escuché durante la discusión. Sí, al margen de la calidad moral del personaje y el cacicazgo político que ejerce su clan en Veracruz desde que su padre militaba en el PRI. 

A continuación, resumo las ideas principales de Yunes Márquez:

1. La República no puede estar en manos de un Senador (de ser así, como dijo alguien, no queda mucha República qué defender). 

2. El debate público se sustentó en la desinformación, intereses políticos, fobias personales, cobro de facturas y adjetivos calificativos.  

3. La polarización redujo el debate a dos visiones protagonizadas por ángeles o demonios, héroes o traidores a la patria. 

4. “Ni México se va a destruir si se aprueba la reforma, ni la reforma va a cambiar en automático un sistema de justicia. La vida democrática no tiene por qué afectarse. No se limita ninguna de las libertades ni los derechos que la componen. El riesgo de una dictadura solo existe en quienes piensan en la dictadura”.

5. La mayoría legislativa tiene el derecho de promover cambios estructurales en uno de los Poderes de la Unión, tal como lo hizo Zedillo en 1994 al cesar a 26 ministros y crear el modelo actual del Poder Judicial. 

6. ¿De qué manera el voto popular compromete la imparcialidad de los juzgadores, si ahora el Presidente propone directamente a los ministros y el Consejo de la Judicatura con sesgo partidista designa a jueces y magistrados? 

7. “Hoy, de 11 integrantes de la Corte, cinco han sido propuestos por AMLO. Entre este año y el próximo tendrán que designarse cuatro ministros más a propuesta de Sheinbaum, es decir, tendría el régimen mayoría cuando menos de nueve a dos, esto, sin hacer ninguna reforma”.  

8. ¿Es preferible que el Presidente nombre a ministros y, por ende, influencie indirectamente a magistrados y jueces, o es mejor un sistema de elección popular en el que el nombramiento esté vinculado a la voluntad de millones de ciudadanos, eliminando el compromiso personal directo como en el modelo actual?

9. La reforma al poder judicial no es la mejor, pero en las leyes secundarias se puede instrumentar y perfeccionar (esta es la letra chiquita del contrato para implementar el monstruo de reforma que se aprobó no resulte en algo peor. Aquí la oposición aún puede ganar una batalla si se pone a trabajar en vez de inmolarse).

Si la oposición hubiera cedido en aspectos innegociables, como el voto popular, negociado cláusulas para mejorar la propuesta y evaluado la reforma judicial de manera objetiva en lugar de recurrir a descalificaciones histéricas, pudo haber evitado esta última derrota capital.

P.D. 

Citar el discurso de un político panista con antecedentes cuestionables ha sido un desafío para mí. Lo hago con el objetivo de buscar argumentos razonables. Sus palabras, al margen de que él las crea o no, salen del campo semántico del esoterismo político y el pánico moral con que se conduce la oposición. 

Tampoco les iba a citar a Lilly Téllez, ¿verdad?  

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