El difícil parto de la sucesión naranja
Ahora que el gobernador Enrique Alfaro anunció una vez más el jueves pasado que se retira de la política electoral, un legislador panista me recordó la frase que reza: “Político que respira, aspira”, habrá que ver qué pasa en este caso.
Lo cierto es que el anuncio del cambio de estafeta, que no entrega, para el relevo en la conducción del emecismo en Jalisco, lanzó algunas señales que hablan del difícil parto que significó esa sucesión política en el partido naranja, cuya principal candidatura cayó finalmente en manos de Pablo Lemus, el menos alfarista de la comarca.
Basta recordar que apenas en diciembre pasado, el propio Alfaro descalificaba al que osara pensar que alguien le hacía sombra al afirmar que era “un gravísimo error pensar” que en el partido Movimiento Ciudadano en Jalisco había un relevo de liderazgos, ya que mientras otra cosa no pasara “el líder” del proyecto naranja tenía “nombre y apellido”, en una clara autoreferencia.
Eran los días posteriores a la marcha “Por una FIL libre de Raúl Padilla” en el punto más álgido del conflicto entre el gobierno estatal y la UdeG, que fue también el momento en que a Lemus los alfaristas lo querían quemar en leña verde por criticar esa movilización y no acudir. El propio gobernador comentó en aquel momento: “Si eres parte de este proyecto, pero haces como que la Virgen te habla cuando se trata de tener definiciones, pues entonces no eres realmente parte de ese proyecto”.
Lemus tuvo el merito de aguantar la incesante metralla de la nomenclatura naranja local y la suerte de que se le alinearan los astros con la ruptura entre Alfaro y el dirigente nacional emecista, Dante Delgado, quien siempre apoyó su postulación por ser el mejor posicionado en las encuestas.
Por todos estos antecedentes el cambio de estafeta naranja no fue tan personal ni cercano, como por ejemplo, el rito de la entrega del bastón de mando de AMLO a Claudia Sheinbaum. El cambio de estafeta del gobernador, quien finalmente no pudo postular a uno de sus incondicionales y que apenas hace en el primer semestre del año mantenía su aspiración de ser candidato presidencial, fue en un mensaje abierto en redes sin destinatario específico.
Con esa distancia llegará Lemus hoy a las oficinas centrales de MC, donde siempre lo respaldaron, a registrarse como aspirante a la candidatura a la gubernatura de Jalisco por el partido naranja en busca de suceder a Alfaro y mantener a ese instituto político en el poder un sexenio más. Si nada se movió el fin de semana y las pasiones y presiones antilemusistas al interior de ese partido no se desbordaron, Lemus será el único que se registrará. Si llega alguno o alguna otra aspirante a esa misma posición significará que el difícil parto de la sucesión naranja continúa.