El desafío de la CNTE a AMLO
Reza el refrán que cuando la perra es brava hasta los de casa muerde. Y algo así pasó el viernes y el sábado pasado cuando la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) tuvo retenido en su camioneta al Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en una gira que tuvo por Chiapas, y además organizó movilizaciones en la Ciudad de México.
Además de ser un caso insólito en la historia reciente del país, los manifestantes provocaron que por primera vez AMLO no llegara a su rueda de prensa mañanera, cosa que seguramente lo irritó sobremanera, y que se reflejó en el pequeño diálogo que sostuvo con los dirigentes de la Sección 7 de la CNTE a los que pidió respetarlo y no chantajearlo, tras advertirles que como él era de lucha, se podía quedar ahí el tiempo que fuera hasta que lo dejaran proseguir su camino. Más tarde los llamó provocadores y tener intereses ajenos a los de la educación.
Este sobresalto seguro afectará la alianza que siempre ha mantenido López Obrador con esta la organización más radical del magisterio y que tiene sus bastiones en las entidades del sur del país, donde existen los mayores rezagos educativos.
La CNTE jugó incondicionalmente con el tabasqueño en el 2018 que ganó la presidencia y prueba de ello fueron las 40 diputaciones federales de Morena que se ganaron líderes de esta organización sindical.
Ya en Palacio Nacional, la primera reforma que revirtió López Obrador del sexenio anterior fue la educativa en premio al apoyo de la CNTE. Dirigentes y maestros agremiados a esta central repudiaban esa reforma que les restó poder y les quitó el control de escuelas y presupuestos a los que estuvieron acostumbrados siempre.
El Presidente les concedió también desaparecer el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), un organismo constitucional autónomo que irritaba sobremanera a las y los maestros afiliados a la CNTE por aplicarles exámenes y dar de baja a los que no tuvieran calificación aprobatoria luego de tres oportunidades.
Así, y para evitar una escisión en la bancada de Morena, se empezaron a permitir nuevamente el tráfico de plazas magisteriales y el control administrativo y económico, entre otras canonjías y privilegios en detrimento del sistema educativo a la CNTE, sobre todo en el sur del país, pero parece que en la Coordinadora quieren más y amenazan con no regresar a clases.
Habrá que ver si el Presidente aprovecha este desencuentro con la CNTE para tratar de recuperar la rectoría de la educación y de verdad ya no ceder, como lo dijo el viernes, a los chantajes que siempre le han impuesto sus aliados electorales.
López Obrador debe emplear su todavía gran capital político y su inmensa popularidad, para poner un alto a la CNTE en beneficio de la educación de los niñas y los niños de este país.
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