El desafío de Monreal
Este fin de semana, el líder de la mayoría morenista en la Cámara de Senadores, Ricardo Monreal, volvió a realizar un activo acto de campaña en la Ciudad de México al convertir la presentación de su libro en un mitin de respaldo a su anhelada candidatura presidencial.
Aunque muchos lo dan por descartado como candidato de Morena, no hay que olvidar que si algo caracteriza a la situación política actual en México es lo impredecible.
Hasta hace dos o tres semanas no se percibía que pudiera generarse una fractura de la alianza opositora como ocurrió en los últimos días.
Hay una clara amenaza de que no pueda concretarse una candidatura común tanto para las elecciones estatales del 2023 en el Estado de México y Coahuila, como para la elección presidencial del 2024.
En su gira por Zacatecas realizada la semana pasada, el Presidente de la República se refirió a la abstención del senador Monreal cuando en la Cámara de Senadores se votó la ley que adscribe a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa.
El Presidente señaló que lamentaba que Monreal avalara “la falsedad, la hipocresía y la politiquería del conservadurismo en México”.
La interrogante hoy ya no es si Ricardo Monreal se va a convertir en un contrincante del actual Gobierno para el 2024, sino más bien el cómo y cuándo.
La primera es que Monreal se convierta en un político marginal, algo parecido a lo que le ocurrió en los primeros meses de 2018, cuando aspiró a convertirse en candidato de Morena a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y fue vencido por Claudia Sheinbaum.
Un escenario es que se repita el esquema y el en lugar de convertirse en adversario, Ricardo Monreal asuma algún compromiso con la 4T en el curso de los próximos meses.
La otra posibilidad es que Monreal perciba que su momento ha llegado y que ya no tiene otra oportunidad para aspirar a la Presidencia de la República y busque lanzarse por la oposición.
Este proceso, dependiendo de la dinámica que adquiera, puede incidir de manera relevante en las intenciones de voto para el 2024.
La crisis que hoy se está viviendo en el PRI y que hoy pareciera determinante de un declive de la alianza opositora, probablemente no sea el final de ésta.
Falta todavía que vivamos toda una serie de procesos, entre ellos la selección del candidato o candidata para el Estado de México.
El PRI como partido político, es mucho más que Alejandro Moreno y en el Estado de México tiene raíces profundas que podrían conducir a que este partido fuera suficientemente competitivo para encabezar una alianza opositora y ganar la elección.
Claro, también puede ocurrir que el “efecto Alito” se generalice y el PRI doble las manos.
Sin embargo, me parece que es demasiado pronto para llegar a conclusiones.
Sería un error considerar que ya todo está resuelto y que Morena seguirá en el Gobierno para el 2024… y no pierda de vista a Monreal.
Enrique Quintana
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