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El debut de Harfuch en la mañanera

Frente a la crisis desbordada de inseguridad y violencia en México, provocada en gran parte por el creciente poder corruptor y de fuego de los grupos del crimen organizado, el debut ayer de Omar García Harfuch en la mañanera, con la presentación de la estrategia del gabinete de seguridad de la Presidenta Claudia Sheinbaum para enfrentar este lastre, resultó, por decir lo menos, por debajo de las expectativas.

Los cuatro ejes que guiarán los trabajos para cumplir la promesa de pacificar el País que presentó ayer el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC), a saber: a) Atención a las causas de la violencia, b) Fortalecimiento de la Guardia Nacional, c) Apoyo a la Inteligencia y a la investigación y d) Coordinación “absoluta” entre el Gabinete de Seguridad y los gobiernos estatales y municipales, suena muy parecido no sólo a la propuesta de los “abrazos y no balazos” del pasado sexenio de Andrés Manuel López Obrador, sino incluso a la estrategia que ofreció el gobierno del priista Enrique Peña Nieto para apagar los focos de violencia que dejó la “guerra contra el narco” que encabezó el panista Felipe Calderón.

Los priistas llamaban “recuperar el tejido social” a los programas sociales con los que la 4T busca “atender las causas de la violencia”, sin que evidentemente en ninguno de los dos últimos sexenios se haya logrado el objetivo de disminuir los índices de la violencia. Sheinbaum dijo que aunado a los programas del bienestar que dan dinero en efectivo a distintos sectores de la población, ahora habrá una intervención integral de todas las secretarías del gabinete, para desactivar el reclutamiento criminal de los jóvenes. Habrá que ver si esto último funciona.

A cinco años de su creación, es claro que la Guardia Nacional (GN) no ha logrado debilitar a las mafias delincuenciales que cada día crecen los territorios que tienen bajo su control. Con la reforma del mes pasado que adscribe a esta corporación a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Harfuch aseguró ayer, que vendrá el fortalecimiento esperado de esa corporación que inicialmente se pensó de carácter civil y terminó bajo control militar. Veremos.

La famosa coordinación entre las corporaciones policiales federales y castrenses, con policías estatales y municipales siempre se ha quedado también en promesa desde que se prometió como solución hace 12 años. Lograr que de verdad terminen las desconfianzas entre las policías locales y las federales, y entre todas ellas entre sí, por la creciente infiltración delincuencial, sería, sin duda, un paso crucial, pero que no ha podido hacerse realidad.

El eje del apoyo a la inteligencia policial y a la investigación es lo que pareció que podría marcar alguna diferencia de fondo y no sólo un cambio de nombre en la forma de presentar las mismas acciones que no han abatido la incidencia delincuencial.

En el anterior sexenio, incluso en la fase de AMLO como presidente electo, su primer secretario de Seguridad y ahora gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, prometió una baja en el número de homicidios en seis meses, eso nunca pasó y el sexenio terminó con una cifra récord de casi 200 mil. Harfuch sólo prometió dar resultados. Veremos si no hace quedar mal a su jefa, como le pasó al sonorense.

jbarrera4r@gmail.com

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