Ideas

El consuelo de la filosofía budista

Las enseñanzas del Buda, que se remontan a dos mil 600 años de historia, tienen fundamentos de gran sabiduría que han guiado a millones de personas en su peregrinar por la vida.
Se puede decir que el budismo es más una ciencia de la mente humana y una filosofía de vida, más que una religión, simplemente porque no recurre a ninguna figura sobrenatural ni divina, para que el ser humano enfrente y supere los problemas que nos plantea la existencia.

La principal consigna moral es no hacer daño a ningún ser vivo que respire, en todo momento hacer el bien y estar consciente de que somos parte de la relación causa efecto, propia de la naturaleza.

Entre más consciencia tengamos de nosotros mismos, seremos capaces de tener atención plena y adquirir mayor sabiduría para poder atenuar y mitigar el sufrimiento.

Saber vivir sin preocupaciones, con armonía y estabilidad sin que estemos atrapados en la incertidumbre, la distorsión entre el bien y el mal, los apegos, el enojo, la tristeza, las a versiones, los deseos y desde luego la ignorancia que es uno de los motivo de la mayoría de los errores que nos llevan a vivir atormentados.

Con principios morales muy sencillos, aunque hay que practicarlos con gran disciplina, nos propone a no mentir ni engañar, a no intoxicarnos con alimentos y bebidas que contengan alcohol o drogas, a no dañar o lastimar a nadie, a ser fiel a la pareja, a no tomar nada que no te sea dado y sobre todo a buscar el conocimiento y la sabiduría.

Tener compasión por los demás y llevar una vida con buenas intenciones y actos de benevolencia para todos los seres que nos rodean. Un modo de vida que nos inclina a disminuir y dejar toda propensión al sufrimiento al vivir en la realidad y con un pleno sentido de la responsabilidad en sí mismos, sin culparnos y convertirnos en nuestros propios verdugos.

El afecto, el respeto, la alegría y la compasión, enriquecen cada momento de la vida y así librarnos del ciclo que nos atrapa en el agobio y los pesares de la vida.

Parece un consuelo vivir así.
 

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