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El conflicto que impactó la Europa League

La ausencia del mediocampista armenio Henrikh Mkhitaryan de la gran Final de la UEFA Europa League celebrada en Azerbaiyán, no sólo representa una desventaja deportiva para su club Arsenal, sino que pone nuevamente en la escena pública un conflicto histórico y de largo aliento entre dos países, el cual ha cobrado más de 40 mil vidas y el desplazamiento de cientos de miles de refugiados.

Aunque se insista en que la política y el futbol deben estar separados, es evidente que ambas áreas se entrelazan. La primera utiliza al deporte como promoción de sus ideas, y el futbol es una vitrina pública para exhibir ideologías y adhesiones, muchas de ellas abiertamente violentas o racistas. Pero, ¿qué ha llevado a que un jugador directamente no pueda realizar su trabajo en otro país?

La respuesta es Nagorno-Karabaj, un territorio de cuatro mil 400 kilómetros perteneciente a Azerbaiyán, pero la gran mayoría de sus 150 mil habitantes son armenios, lo que convierte a este terreno en disputa en el centro de las tensiones nacionalistas, históricas y religiosas -los armenios son católicos y los azeríes musulmanes- de ambos países, ex integrantes de la Unión Soviética.

Durante décadas, Armenia y Azerbaiyán tuvieron enfrentamientos bélicos, siendo el más importante la guerra de 1988 a 1994. El conflicto arrojó 38 mil muertes y más de un millón de desplazados, entre azeríes que abandonaron sus casas en Armenia y Nagorno-Karabaj, y armenios que huyeron de Azerbaiyán para evitar represalias. La guerra incluyó ataques por limpieza étnica que años después se repitieron con mayor crueldad en los Balcanes.

El cese al fuego terminó con la recuperación de algunos territorios del Alto Karabaj por parte de Armenia, pero durante los últimos 35 años ha reinado una tensa calma -interrumpida por algunos incidentes que han costado la vida de más de tres mil personas- entre el ejército de Azerbaiyán y la mayoría separatista de inclinación y apoyo económico y armamentístico armenio. Este grupo declaró república independiente a Nagorno-Karabaj en 1991, pero ningún organismo internacional o país le otorgó reconocimiento.

Como se puede ver, el conflicto es enrevesado y duro. Sin embargo, la UEFA pudo prever esta situación, ya que no es la primera vez que Mkhitaryan no puede ingresar a Azerbaiyán. Cuando era jugador del Borussia Dortmund, no viajó a un partido de Europa League contra el Qabala en 2015. En esta misma temporada, el Arsenal jugó en Azerbaiyán un partido de la Fase de Grupos contra el Qarabag, y el ausente fue obviamente Mkhitaryan por “razones de seguridad”.

El veto a Mkhitaryan corona la criticada decisión de la UEFA en elegir Bakú, capital de Azerbaiyán, como sede de la Final del segundo torneo continental en importancia. A pesar de las objeciones de los finalistas, Arsenal y Chelsea, la elección de este país responde en buena parte a las inversiones en eventos deportivos realizadas por el gobierno de Ilham Aliyev, como el patrocinio de la camiseta del Atlético de Madrid de 2013 a 2015, pagando 11 millones de dólares anuales al club español. Además, Bakú organiza el Gran Premio de Fórmula Uno desde 2017.
 

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