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El "complot" vive

Para quien quisiera ver todavía la fantasía del “complot” contra “Checo” que hicieron crecer innumerables improvisados en redes sociales, pues, nada menos, aquí ha tomado forma humana.

Ese “complot”, mirémoslo de cerca, viene marcando los mejores tiempos en las sesiones de práctica, clasificación y carrera a un ritmo de casi 60 por ciento en las cinco carreras de la temporada.

Ha sumado dos pole positions y ha ganado tres carreras de Gran Premio en lo que llevamos del año. El coeficiente de productividad con los 119 puntos que tiene en su cuenta no hablan de otra cosa, que el hombre es una verdadera máquina.

Pero, vaya, para conocer mejor al "complot", mirémoslo más de cerca, en los momentos más profundos e íntimos que puede tener un piloto de carreras.

Sesión de clasificación para el GP de Miami. Verstappen consecutivamente tras dominar la tarde del viernes y el sábado por la mañana con lujo de superioridad, registra en primeros intentos vueltas más rápidas en la Q1 y Q2.

Y, en efecto, como ustedes sospechan, el error es parte de la intimidad; es parte de lo que a cada quién le cuesta reconocer. Verstappen se equivoca en la Curva 5 del circuito de Miami y tras la bandera roja provocada por el choque de Leclerc no pudo mejorar su tiempo.

Al terminar la qualy estalló en cólera, maldijo contra sí mismo y contra la situación, pero se bajó del auto y transformó ese energúmeno que se escuchó por la radio, en un gentil entrevistado para los reporteros.

Verstappen bajó la cortina de su irritabilidad, gracias a dos cosas: primero, el media training que tiene desde hace dos años y que poco a poco ha ido avanzando contra sus episodios de aspereza incontenible, y segundo, el trabajo mental que su coach está operando para ayudarle a “maximizar” el potencial.

Al llegar a la carrera fue una aplanadora. Le dio una paliza a todos los que tuvo de frente. Cuando llegó al rebase con “Checo” fue implacable, rápido, fulminante. Lo pasó antes de que pudiera quedar en duda su capacidad y no tanto la del auto o los neumáticos. Esa fue su declaración.

Y lo cierto es esto: “Checo” ya nos acostumbró a no festejar un cuarto o tercer lugar como en las épocas de Racing Point o Force India, ahora queremos verlo triunfar incluso por encima de este rival tan tremendo cada fin de semana.

Ante esto, una buena y una mala. La buena es que cada cosa que logre “Checo” sacar de esta durísima pelea, tiene un triple valor por la medida del rival. La mala (para los complotistas) la conjura vive, habla y corre carreras.

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