El cinismo de Romero Deschamps
Una de las grandes tragedias de la historia de México fueron las derrotas que los movimientos obreros sufrieron a manos del Estado mexicano a mediados del siglo XX, lo que convirtió al sindicalismo mexicano en un eficaz mecanismo de control político de la clase obrera y terminó convirtiendo a los dirigentes en capataces a las órdenes de los gobiernos en turno.
A estos capataces que hacían de dirigentes sindicales se les llegó a conocer como “charros” sindicales dado que con ese mote se conocía al dirigente espurio del sindicato de ferrocarrileros, Jesús Díaz de León, impuesto por el gobierno de Miguel Alemán Valdés en 1948 luego de deponer a los dirigentes democráticos y legítimos representantes de los trabajadores, Valentín Campa y Demetrio Vallejo.
Gracias a este mecanismo de control de la clase obrera mexicana conocido como “charrismo sindical”, el Estado no sólo controló a los trabajadores sino que los incorporó de modo obligatorio al partido oficial, lo que además le dio votos y recursos económicos para las campañas electorales del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Pero este mecanismo de control sirvió eficazmente para imponer el capitalismo industrialista, favoreciendo a la clase empresarial con una clase obrera controlada y favoreciendo con ello la acumulación de capital.
A cabio del control de la clase trabajadora mexicana, el gobierno permitió a los espurios dirigentes charros manejar los sindicatos a su antojo, de manera antidemocrática y patrimonialista. Y casi por definición, todos los líderes sindicales charros del país no sólo se eternizaban en el cargo, si no que se enriquecieron desmedidamente y sin pudor alguno. Así surgieron los líderes charros como Fidel Velázquez, Carlos Jonguitud Barrios, Leonardo Rodríguez Alcaine, Elba Esther Gordillo y, claro, Carlos Romero Deschamps.
El caso de este último se convirtió en noticia esta semana cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se le hizo un “exhorto” al ex secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) para que se jubilara de manera anticipada ya que, si bien dejó la dirigencia sindical, continuaba cobrando más de 41 mil pesos mensuales supuestamente como “trabajador activo” en la refinería de Tula, Hidalgo.
Pero en el colmo del cinismo, Romero Deschamps no acudía a trabajar, pues pretendía tomar vacaciones hasta el año 2024
Pero en el colmo del cinismo, Romero Deschamps no acudía a trabajar, pues pretendía tomar vacaciones hasta el año 2024. En efecto, desde el 21 de enero pasado la revista Proceso dio a conocer que desde el 29 de noviembre de 2019 el STPRM presentó a subdirección de Capital Humano de Petróleos Mexicanos una solicitud para que Romero Deschamps se tomara las vacaciones desde esa fecha hasta el 27 de julio de 2024. Cuatro años y medio de vacaciones que el ex dirigente pretendía cobrar porque supuestamente mientras fue dirigente sindical no tomó descansos. Quién demonios se lo creería.
No es el único escándalo que conocemos de este personaje que fue impuesto como dirigente de los trabajadores petroleros por Carlos Salinas de Gortari en enero de 1989, tras destituir a Joaquín Hernández Galicia, La Quina, a quien le sembró armas y hasta el cuerpo de un fallecido, para imputarlo y meterlo a la cárcel.
Los hijos de Romero Deschamps se encargaron de restregar a los mexicanos que su padre se enriqueció como charro sindical. Y no era solamente por los altos salarios que se cobraba como dirigente de los petroleros o de las cinco veces que fue legislador federal (tres veces diputado y dos veces senador). No, los lujos exhibidos por los hijos y el tren de vida mostrado por el propio Romero Deschamps (yates, uso de jets privados, relojes lujosos, departamentos en el extranjero) indican que tuvo otras fuentes de riqueza.
Claramente la riqueza de Romero Deschamps es inexplicable como producto de sus sueldos por lo que casi con seguridad proviene de fuentes ilegales. Opositores al ex dirigente petrolero en el sindicato ya presentaron desde febrero de 2019 denuncias por los delitos de administración fraudulenta, fraude sindical y rendición de cuentas de las cuotas del gremio.
La misma Unidad de Inteligencia Financiera confirmó el 8 de julio pasado que existen dos denuncias contra Romero Deschamps por desvío de recursos, peculado y enriquecimiento ilícito.
Romero Deschamps es emblemático de cómo los dirigentes de los grandes sindicatos de trabajadores de este país se enriquecieron a costa del dinero de los empleados que supuestamente deberían representar.
Por esta razón y porque claramente amasó una fortuna ilegal, no se debería dejar que Romero Deschamps se jubile alegremente y siga disfrutando de un patrimonio que no es producto de su trabajo. Romero Deschamps debe ser investigado y debe pagar por los delitos que cometió. La credibilidad del gobierno de la Cuarta Transformación también está en juego por la aplicación de la ley o no a todos los charros sindicales corruptos como Romero Deschamps.
rubenmartinmartin@gmail.com