El cielo se cae y la basura no pasa
La tormenta perfecta: basura acumulada en las calles y una tromba como las que azotan a esta ciudad.
En redes sociales son cotidianas las quejas de tapatíos porque dejó de pasar el carretón de la basura. Sólo ayer hubo reportes en Alcalde Barranquitas, Providencia, Chapultepec Country y Santa Tere. Todos mostraban imágenes de desechos en las esquinas.
Guadalajara ha lidiado todo este año con las deficiencias del servicio de Caabsa Eagle. En enero se acumularon dos mil 500 toneladas de basura en las calles después de días con un servicio al 76 por ciento, según declaró Pablo Lemus. La empresa justificó las fallas porque, aseguró, Zapopan le impuso restricciones para depositar la basura en el vertedero de Picachos. Guadalajara y la ex Villa Maicera negaron esa versión.
Pese a los reclamos mediáticos de Lemus y al esfuerzo del Ayuntamiento tapatío que adquirió 30 camiones recolectores, el servicio no se ha normalizado. Ahora nos alcanzaron las lluvias y la basura en las esquinas genera más riesgos de inundaciones en la vía pública durante un temporal que ha cobrado tres vidas.
La concesionaria justificó este miércoles las deficiencias en el servicio debido al temporal. La caída de árboles, inundaciones, congestionamientos y accidentes, indicó vía comunicado, le han impedido cumplir.
Guadalajara ha señalado que Caabsa Eagle debería operar 183 camiones para la recolección domiciliaria de residuos, pero trabaja con 130. También le han descontado, según Lemus, el monto por tonelada que recoge el municipio con sus camiones. Pero no ha dado resultado.
Según el decreto municipal 81/20/21, el Ayuntamiento paga a Caabsa 445.7 pesos por tonelada recogida y otros 390.8 pesos por tonelada trasladada y depositada en Picachos. Guadalajara genera alrededor de mil 603 toneladas de desechos domiciliarios al día, de acuerdo con el Programa Estatal de Gestión de Residuos.
Si es un negocio tan atractivo, ¿por qué falla? La explicación es sencilla. Guadalajara y la concesionaria viven el ocaso de una relación contractual que inició en 1994. El próximo año vence la concesión y Lemus ha declarado que no renovará el contrato con Caabsa Eagle. Son como un “matrimonio” terminal en donde la empresa ya no tiene qué perder. Nada más que los ciudadanos quedamos en medio.
El alcalde tapatío impulsa una gran agencia pública metropolitana de recolección de basura operada por los municipios. Implica mucho trabajo y volver a un modelo público de gestión de los residuos. Suena bien. El único riesgo es que las calenturas electorales obstaculicen ese paso cuyo plan deberían estar trazando en este momento.
Porque en una ciudad puede haber muchos problemas, pero la recolección de basura… ¿ni la basura?
jonathan.lomeli@informador.com.mx