El candidato, la maestra, el ex presidente y su esposa
No es un título de película, de esos que suelen poner en los cines comerciales cuando traducen los nombres al español. Es la santa alianza por el ciudadano Meade y la lucha por mantener el status quo del país de la que el ex presidente Calderón se ha convertido en la pieza clave. A nadie estima tanto el ex presidente como a José Antonio Meade, me dijo uno de sus cercanos, y parece demostrarlo una y otra vez.
En política no hay coincidencia, dice el adagio, pero en este caso ya no se trata de meras sincronías temporales, sino de burdas negociaciones. El mismo día que se anuncia la salida de Elba Esther de la cárcel, sin que la PGR ataque el amparo que lo permite, el Partido Nueva Alianza, el Panal de la maestra Gordillo, firma un acuerdo para apoyar al candidato del PRI, al candidato, hay que recordarlo, del Presidente que metió a la maestra al bote.
Elba Esther fue a la cárcel al principio del sexenio de Peña Nieto imputada por una serie de delitos, pero realmente por haber cometido el peor de los crímenes políticos: traición a la mano que le dio de comer. Gordillo llegó al sindicato de maestros apoyada por Carlos Salinas de Gortari y respaldada por el PRI. En la elección de 2006, después de enfrentarse con Madrazo, presidente y a la postre candidato del PRI, fue la pieza clave para operar en varios estados que los gobernadores movilizaran el voto a favor de Felipe Calderón. Hoy es Felipe Calderón quien está fraguando la alianza del PRI con la que suponíamos era la enemiga del sexenio.
¿Dónde quedaron los supuestos delitos que había cometido la maestra? De eso ya nadie habla, pero de demostrarse que no los había, entonces estamos ante un sistema político que genera, tolera y nos restriega en la cara que aquí hay presos políticos. Si, efectivamente cometió todos esos delitos que se le imputan (y quizá muchos otros que nadie investiga), pero a la postre la PGR deja de perseguirlos por una decisión política, estamos entonces ante la impunidad institucionalizada. Por donde se vea, se trata de una pésima señal para la vida democrática del país.
La pregunta que sigue es si los maestros responden todavía a la lógica corporativa del sindicato y si esta jugada del PRI y Calderón tendrá realmente un efecto en el resultado electoral. Si algo pasó con el encarcelamiento de “La Maestra” fue que el SNTE perdió cohesión nacional y se fortalecieron los liderazgos regionales.
¿Y Margarita, la esposa del ex presidente? Al parecer es sólo una ficha más en el tablero de su marido.