El botín presupuestal del Congreso
Un suceso: los diputados en el Congreso del Estado de Jalisco aprobaron su presupuesto para ejercer en 2022. Para cerrar cifras: 950 millones de pesos que se destinan, en más del 80%, para el pago de sueldos de todos los trabajadores en el Poder Legislativo.
Dicho así, el hecho genera nulo interés, al menos entre el grueso de la ciudadanía, a pesar de que los 38 diputados representan al total de los jaliscienses.
A los diputados les ocurre algo muy parecido a lo que pasa con el Poder Judicial: no tienen identificación con el pueblo. Es cierto que unos pocos de ellos son carismáticos, trabajan su liderazgo social y mantienen una carrera política que en afán de lograr votos en las elecciones, los obliga a regresar constantemente con la gente. Pero son minoría.
Lo que generalmente ocurre con el quehacer legislativo no despierta el interés popular, está más bien desacreditado y se considera que los diputados negocian a espaldas de la población para obtener beneficios políticos y económicos inconfesables. Sus tareas, sean legislativas, administrativas o de gestión, son de interés para lo que se conoce como el “círculo rojo”.
Este fenómeno se ha alimentado durante años debido, primero, a un amplio desconocimiento sobre las tareas legislativas, que el mismo Congreso no se ha ocupado en combatir; para ir más lejos, Usted se sorprendería de cómo muchos de los diputados no sabrían contestar con propiedad cuáles son sus obligaciones y facultades, contempladas en la Constitución del Estado y la Ley Orgánica del Poder Legislativo.
¿Cómo se podría modificar la imagen negativa de los diputados? Hay múltiples respuestas posibles, pero adelanto dos: trabajando de modo distinto a como lo han venido haciendo durante décadas, y promoviendo más contacto y conocimiento con la población general, no sólo con la clase política y gobernante.
La aprobación del presupuesto 2022 es el punto de partida para revisar las costumbres de trabajo de los integrantes del Congreso.
Primero, ¿por qué lo aprueban hasta el 28 de febrero? Porque está permitido. No hay un sentido de planeación o de trabajo anticipado. Carecen los diputados de un sentido de prevención. Sorprende que su presupuesto se apruebe dos meses después de iniciado el ejercicio anual, porque durante dos meses puede ocurrir que se haga uso irregular del presupuesto, por exceso o por subejercicio, y para muestra está el hecho de que durante semanas no han tenido agua corriente en el edificio del Congreso que se encuentra en Avenida Juárez, a unas cuadras del Palacio Legislativo.
Pero hay otra razón: al aprobar de último momento, orillan a negociaciones exprés que si se efectuaran con anticipación, permitirían revisar y corregir; detener abusos e incluso denunciar pretensiones irregulares. Ayer, por ejemplo, se aprobó la creación de al menos seis nuevas plazas: dos para “asesor A” de diputados, con sueldo de 47 mil pesos mensuales; otra de “jefe de departamento”, que cobrará 48 mil pesos; aprobaron un “encargado de mantenimiento” con asignación de 17 mil mensuales; también se aprobó la creación de una plaza de “asistente parlamentario”, que recibirá sueldo de 50 mil 700 pesos mensuales. Y adicionalmente, una plaza de “auxiliar administrativo”, al que le pagarán 35 mil cada mes.
¿Hay una justificación para las nuevas plazas? No. Se aprobaron por consenso de los diputados de Movimiento Ciudadano, PRI, PAN y el Verde. Que suman 27 diputados. Mayoría ganadora.
Y después, se reparten las plazas.
Es una de muchas prácticas que revela el sentido patrimonial del Congreso. Es “su botín”.
Así no hay manera de tener una representación real ante los ciudadanos.