Ideas

El bono democrático

Para Raúl Gutiérrez, por su amistad y oportuna lucidez.

Con justicia se considera que la enorme ventaja alcanzada por López Obrador constituye un verdadero “bono democrático” que le permitirá con holgura sacar adelante algunos de sus planes de Gobierno, independientemente de que le quitó las ganas “de hacerle al mapache”, como fue el caso de los panistas en las elecciones de Puebla.

No es lo mismo mover un medio por ciento como ya, se dice, lo hicieron también los propios panistas cuando hicieron ganar a Felipe Calderón, que violentar más de 30%  del sufragio.

Por cierto que, también se dice, la gran diferencia se incrementó al extremo de darle a Morena la mayoría en el Congreso de la Unión, gracias a la gran cantidad de insultos soeces y de la más baja estofa, algunos claramente racistas y clasistas, que les endilgaron muchos pudientes, como el hijito del mencionado “Fe Cal” y también no pocos miembros de nuestro querido ámbito tapatío. Ello sin contar las coincidentes amenazas de sus tres rivales cada vez que se reunieron a debatir.

Todo ello coadyuvó, por cierto, a que la campaña en general resultase pobre en ideas en la misma medida en que se vio rica en insultos.

“Haiga sido como haiga sido”, la paliza que le dio el pueblo mexicano a las fuerzas políticas tradicionales que se habían ido agolpando en el culto a un neoliberalismo e internacionalismo social y económico que, afortunadamente, ya recula por doquier.

“Haiga sido como haiga sido”, el caso es que todo indica que, si no sucede nada extraordinario que dé lugar a un caos monumental que a todos perjudicaría, dentro de menos de cinco meses Andrés Manuel López Obrador portará, ahora sí, la banda presidencial “de a de veras” y lo podrá hacer con un enorme respaldo de la población.

Ojalá que las diferentes fuerzas internas que, aun siendo muy diversas, se sumaron bajo sus alas no empiecen a jalar cada una más de lo debido su mecate y echen a perder esta gran ventaja que, por “angas o por mangas”, logró la formación política a la que se sumaron en su momento.

López Obrador dispone de un gran “bono democrático”, pero se lo pueden echar a perder si no se conserva la cordura con la que el hombre ha dado ya sus primeros pasos no como “Presidente legítimo”, sino ya como Presidente electo, con todas las de la ley.

A final de cuentas la democracia mexicana da muestras de estar superando una gran prueba, pero ni ganadores ni perdedores lo han logrado ya cabalmente. Hagamos lo necesario a su tiempo y acallemos tantos comentarios nefastos sobre nuestro país que están en boca de gente de todo el mundo.

México gozó antaño de un gran prestigio e incluso entre los ciudadanos de muchos países se percibía una enorme gratitud. Ojalá que en 2024 podamos presumir que logramos recuperarlo. 

(jm@pgc-sa.com)
 

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