Ideas

El algoritmo decide lo que ves (y lo que no)

Entiendes la tiranía del algoritmo hasta que se estrella en tu cara. Permítanme contarles una vivencia en línea.

El martes escribí la columna “Welcome to el Golfo de América”, en donde reviso críticamente los alcances de la orden ejecutiva de Trump.

Suelo compartir en X (@jnlomeli) hilos con mis columnas. Se trata de varios post encadenados acompañados con videos, fotos, documentos y enlaces que enriquecen la lectura del texto.

Pero algo extraño pasó con el hilo sobre Trump y su disparate geográfico: hasta anoche tenía cero interacciones (reposteos y me gusta), y sólo había llegado a 682 usuarios.

Hasta ayer, nunca había tenido una publicación de ese tipo sin interacción. Revisé los últimos diez hilos que publiqué en X. Todos promedian decenas de reposteos y “me gusta”.

En número de visualizaciones o cuentas alcanzadas contabilicé estas cifras por tema: Operativo portaplacas (113 mil); Desaparición de Tiktok (8 mil); Verificación vehicular (35 mil); Nuevo cargo de Kumamoto (243 mil); Perfil de Altagracia Gómez (2 millones).

Todo indica que el algoritmo de X, propiedad del magnate trumpista Elon Musk, reduce la exposición de contenido crítico con Trump y amplifica la propaganda de ultraderecha y las versiones trumpianas.

Lo sabía, pero vivirlo y verlo me sacudió.

Tras el triunfo de Trump muchos usuarios abandonaron X en respuesta a las posturas de ultraderecha de su nuevo dueño y a la supuesta ayuda de la red social para el triunfo del republicano.

Estudios recientes apuntan a un uso de la plataforma para darle más exposición a contenidos libertarios y antiderechos.

Es evidente la sobreexposición de la cuenta de Musk y de contenidos que promueven las teorías de la conspiración.

Es mentira la idea de que el algoritmo de X muestra lo que le resulta más interesante al usuario de manera neutral.

Hagan un ejercicio. Escriban en el buscador de X las palabras “Trump” y “radical”. Les sorprenderá descubrir que el contenido se relaciona mayormente con declaraciones de Trump acusando de radicales de izquierda a sus adversarios.

La prohibición de TikTok en Estados Unidos ilustra bien el fenómeno: la manipulación y la desinformación se llama “libertad de expresión” si los responsables del discurso son los magnates de Silicon Valley. Pero es “espionaje y autoritarismo” si lo hace China con Tiktok.

Esto es más que una anécdota individual. Nos afecta a todos y todas.

Seamos más críticos con el algoritmo. Lo que vemos en nuestra línea de tiempo en X, Facebook, Tiktok, Instagram, jamás es una selección neutral o una disposición imparcial de temas basados sólo en nuestros gustos.

Los algoritmos de cualquier red social son diseñados por humanos con prejuicios, intereses y jefes.

Siempre hay un sesgo. En el mejor de los casos nos quieren vender una Thermomix o una licuadora. En el peor, denlo por descontado, se trata de una forma de influencia y control político e ideológico.

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