El acertijo de la Alianza Opositora
La Alianza Opositora regresó y va por todo.
Para este año, se confirma que las candidaturas de Manolo Jiménez para Coahuila y de Alejandra del Moral para el Estado de México no serán sólo priistas, sino que tendrán también el respaldo del PAN y del PRD.
Y para el 2024, la noticia más importante es que sí habrá alianza en las candidaturas tanto a la Presidencia de la República como a la Jefatura del Gobierno de la CDMX y que será el PAN quien encabece y defina el proceso para nombrar a los abanderados de la Alianza.
Se trata del paso más importante que se haya dado hasta ahora y tiene diferentes implicaciones.
Coahuila tiene amplias posibilidades de ser ganada por la Alianza.
Las encuestas dan ventaja a la Alianza Opositora frente a Morena, más aún tras las divisiones que han surgido al interior del partido en el Gobierno.
En el Estado de México se va a perfilar una elección cerrada.
Aunque las encuestas indican que Morena va adelante es previsible que, cuando empiecen las campañas, la ventaja de Delfina Gómez se vaya reduciendo, pues tanto el PRI como el PAN tienen estructura y maquinaria política en la Entidad y van a emplearse a fondo para enfrentar a Morena, por lo que el resultado es todavía, a mi parecer, de pronóstico reservado.
En la Ciudad de México es de esperarse una elección muy competida, pero con buenas posibilidades de ser ganada por los opositores.
Considerando los resultados de la elección de diputados federales en el 2021, la Alianza obtuvo más votos que los alcanzados por los candidatos respaldados por Morena y sus aliados. Así que tienen buenas posibilidades de repetir el resultado.
La gran interrogante está en la candidatura de la Alianza para la Presidencia en el 2024.
Es muy notorio que las “corcholatas”, es decir, los prospectos de Morena son más conocidos y tienen mayores simpatías que los nombres que se han mencionado de entre los opositores. Un gran reto para el PAN -como partido responsable de este proceso según se informó- es establecer una ruta que permita construir una candidatura en la que no haya fisuras.
Esa puede ser la gran diferencia respecto a Morena, en donde se ve muy complicado que pueda transitar por todo este proceso sin divisiones internas.
La gran desventaja de la Alianza es que entre todos los aspirantes no se ve con claridad un nombre que logre generar un nivel de simpatía para pensar en que claramente sea la mejor opción para enfrentar a Morena.
Sería de esperarse que la Alianza no pierda su momentum y que en un plazo breve el PAN dé a conocer los mecanismos para la designación del candidato y los tiempos en los que habrá de definirlo.
Obviamente que la condición es que sea un candidato que pueda ser aceptable para el PRI y para el PRD, y no solo para la base panista.
Veremos si logran resolver ese acertijo.
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Enrique Quintana