El Presidente calló a Rosa Icela
Ayer, en esta sección de Ideas en EL INFORMADOR, nuestro compañero Raymundo Riva Palacio en su comentario titulado “El naufragio de Rosa Icela”, escribió que “La captura de Ismael El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López dejó entredicho al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero a quien más exhibió el aparador de la incompetencia obradorista fue a Rosa Icela Rodríguez, la secretaria de Seguridad Pública, que es la que carga con la responsabilidad bilateral, al demostrar que ese rango jerárquico es aire. Elizabeth Sherwood-Randall, consejera del presidente Joe Biden para la Seguridad Territorial, su contraparte, la ignoró y la mantuvo en la oscuridad”.
Y así fue, porque hasta ayer el presidente y Rosa Icela seguían en la mañanera ventilando públicamente algunas conclusiones y “sospechando” que todo fue parte de un arreglo entre los hijos de El Chapo y las autoridades estadounidenses. Pero en la “puesta en escena de la obra” en el salón Tesorería de Palacio los dos actores principales -AMLO y Rosa Icela- trastabillaron, dando la impresión de que “saben algo más” y en el diálogo entre los personajes el inquilino la interrumpió y calló con un “Nooo” rotundo a la futura secretaria de Gobernación, que la hizo “naufragar” nuevamente.
Era el final de la mañanera y el presidente ya había dicho, “... y vámonos a desayunar”, cuando una reportera le pidió aclarar sobre la “sospecha” del arreglo de la entrega de capos, si se refería a Joaquín Guzmán o a los dos. La respuesta de AMLO fue, “No, la que tenemos es de uno… lo que nos informaron fue de Guzmán López, o sea, es que tenían ellos”, volteando la cabeza a Rosa Icela y diciéndole “¿por qué no explicas?”. La secretaría de Seguridad Pública, antes de llegar al atril, se dirige al presidente y le dice “Puedo explicar que (inaudible)...”, y la respuesta firme del mandatario fue “Nooo”. Visiblemente contrariada por la respuesta, la funcionaria se dirige al micrófono y con una risita nerviosa dice, “Mejor una consulta, ¿verdad?”. López Obrador se da cuenta de la embarazosa situación de Rosa Icela, la extiende la mano izquierda sobre su hombro, le da unas palmaditas y señala, “No, es que, miren, es de lo mejor que hay como servidora pública, pero en este asunto lo que queremos… nosotros tenemos que cuidar hasta tener información oficial, porque es un asunto delicado…”. La respuesta de Rosa Icela, con cara de sumisión, fue “Ya lo dijo, presidente…”.
Es obvio que al presidente ‘a cuenta gotas’ le han informado desde Washington de algunos detalles de la detención de los capos, porque todo se hizo a las espaldas de Palacio para evitar “filtraciones” que echaran a perder el plan. Así como también resulta evidente que la situación deja exhibido el gobierno del presidente y es irrebatible que le provocó una molestia al inquilino, por lo que ahora quiere cuidar “los puntos y las comas” de lo que se diga para evitar quedar expuesto a otra vergüenza.
¿Usted, qué opina?