¿El Manchester United?, no, era un ataque terrorista
Pasaban las ocho de la noche del 11 de septiembre del 2001 y yo iba a bordo de un taxi por las calles de Bangkok, Tailandia. La capital, una de las ciudades más grandes del sudeste de Asia. Es una metrópoli de mucho bullicio, una ciudad muy moderna, de grandes rascacielos y muchas motocicletas en sus avenidas. Esa noche, en el camino de regreso donde me hospedaba, observaba grandes concentraciones de personas en muchos negocios y alrededor de los puestos callejeros. Aquello me pareció una actitud novedosa y extraña, fue por ello que le pregunté al taxista de qué se trataba. Me explico de la gran afición que hay en Tailandia por el fútbol inglés, sobre todo por el Manchester United, y que seguramente se trataba de que la gente veía algunos de los partidos en los televisores de las tiendas de los negocios y en las banquetas.
La llegada a mi destino coincidió cuando en la señal de CNN Internacional mostraba una de las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York ya hecha escombros y la segunda a punto de desplomarse. Me di cuenta inmediatamente que la gente en las calles de Bangkok no veía un partido del Manchester United, sino que era testigo a través de la televisión de una serie de cuatro atentados terroristas suicidas que no solo marcaron a Estados Unidos, sino al mundo entero.
Hoy se han cumplido 20 años, pero el tiempo no ha logrado que se borren las imágenes del ataque que costó la vida a casi tres mil personas y que pudo haber sido más grave si dos de los cuatro aviones hubieran llegado a su objetivo; el que cayó a tierra antes de llegar al Capitolio y otro que no alcanzó a estrellarse en el corazón del Pentágono.
Hoy el presidente Joe Biden participará en tres ceremonias distintas en los lugares donde cayeron los aviones secuestrados: en el memorial donde estaba el World Trade Center, en el Pentágono y en Pennsylvania, donde cayó uno de los aparatos. Y precisamente el mandatario hace unos días ha dado órdenes para que en el transcurso de los próximos seis meses se desclasifiquen los documentos secretos de la investigación sobre los ataques. Hay muchas dudas, muchas preguntas en el aire sobre si hubo otros motivos, pero sobre todo, esos documentos pueden contener lo que muchos durante varios años han argumentado, que exista evidencia que el gobierno de Arabia Saudita, un aliado de Estados Unidos, tuvo que ver en la planeación y ejecución de los ataques terroristas.
El proceso de investigación ha sido muy largo y posiblemente nunca termine. Han pasado 20 años y el juicio que se le sigue al presunto autor intelectual Jalid Sheij Mohammed, y otros cuatro acusados, apenas el pasado martes comparecieron ante una corte por primera vez en 18 meses, en la reanudación del proceso en su contra.
Mohammed, Ammar al Baluchi, Walid bin Attash, Ramzi bin al Shibh y Mustafa al Hawsawi, quienes estan encarcelados en la base naval de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo, Cuba, desde hace casi 15 años, enfrentan la pena de muerte si son hallados culpables del asesinato de las 2 mil 976 personas que perdieron la vida y los cientos que resultaron afectados.
Han pasado 20 años y el mundo no olvida. ¿Usted, qué opina?
daniel.rodriguez@dbhub.net