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El Fiscal y el sexenio de los “miserables”

Tomando en cuenta que según el diccionario de la Real Academia Española la palabra ‘Miserable’ -cuando es dicho de una cosa- significa ‘Insignificante o sin importancia’, cuando Andrés Manuel López Obrador calificó “miserables” -dicho en el sentido de canallada- a quienes desearon la muerte -en las redes sociales- al Fiscal Alejandro Gertz Manero, también resulta “miserable” la manera como se expresó el propio mandatario del funcionario, del que dijo “está muy bien, muy bien, pero como todos necesitamos a veces de alguna reparación (?), pero está muy bien, muy bien”. Le estaba restando importancia a una intervención quirúrgica -cualquiera que haya sido el motivo- de la persona que tiene bajo su responsabilidad -según su descripción de su trabajo- ‘La investigación de delitos y el esclarecimiento de los hechos; otorgar una procuración de justicia eficaz, apegada a derecho, que contribuya a combatir la inseguridad y disminuirla; prevenir delitos y fortalecer el Estado de derecho en México’.

Con tanta responsabilidad en las manos de Gertz Manero y cuando en el país la violencia provoca un crimen cada 15 minutos en promedio, no debe tomarse tan irresponsablemente el intentar justificar u ocultar una ausencia que debió haberse comentado apropiadamente en su momento por lo que representa el personaje para la seguridad del país.

Y más sospechoso y “miserable” -dicho de una cosa-, cuando el Canciller Ebrard, justificó la ausencia de Gertz Manero de la reunión bilateral con Estados Unidos, diciendo “No le avisamos a tiempo que venía el Fiscal de Estados Unidos, pero solo es un tema logístico. No le pudimos avisar con suficiente antelación”. Primero, Marcelo Ebrard estaba ‘poniéndose la soga al cuello’, demostrando -en caso que fuera cierto- que había poco o nada de comunicación entre los miembros del gabinete, y máxime en medio de una Cumbre de esa naturaleza. Y segundo, que era una mentira. Fue una respuesta “miserable” y ridícula desde cualquier punto de vista que se le vea.

¿Qué se quería ocultar?, ¿por qué no admitir que estaba bajo un proceso médico? o ¿cuál es la realidad?. Pero todo parece indicar que ‘miserablemente’ -dicho de una cosa- las mentiras son el sello del sistema, de toda la administración. Según SPIN Taller de Comunicación Política, en los cuatro años de la administración de López Obrador, se han dicho 101,155 mentiras, un promedio de 103 en cada mañanera. Luis Estrada, Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de California, San Diego, y CEO de SPIN, en su libro ‘El imperio de los otros datos.
Tres años de falsedades y engaños desde Palacio’, sintetiza que las mentiras o afirmaciones falsas del presidente -y ahora de su gabinete aparentemente- “se deben a errores, desconocimiento o dolo”.

Y todo parece indicar que en el caso del Fiscal Gertz Manero se trató de dolo, porque estaban enterados de los motivos de su ausencia y ‘miserablemente’ -dicho de una cosa- se le restó importancia y se trató de minimizar el asunto.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez
daniel.rodriguez@dbhub.net

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