El Diccionario Biográfico Español
A principios del pasado mayo tuvo lugar en Madrid la presentación formal del Diccionario Biográfico en línea (DB~e)* de la Real Academia de la Historia. Hasta ahora, el Diccionario estaba impreso en cincuenta volúmenes y sólo era accesible en las bibliotecas; con la versión electrónica lo puede consultar cualquiera y desde cualquier lugar del mundo; además ha sido enriquecido hasta incluir más de cuarenta mil personajes históricos, muchos de ellos biografiados por primera vez.
Según el portal del propio Diccionario, “la sistematización de los datos comprende dataciones cronológicas que abarcan más de dos mil 500 años de historia, desde el siglo VII a. de C. hasta el siglo XX, y ámbitos geográficos mundiales, con especial atención a todos los territorios que, además de la Península, formaron parte de la Administración española”.
El Diccionario busca ser una referencia para el conocimiento y el estudio de la historia del ámbito hispánico. Sus contenidos están avalados por más de quinientas instituciones y más de cuatro mil historiadores e investigadores que contribuyeron en la redacción de las biografías.
Sistematizar todo ese acervo implicó un enorme trabajo, que no en todos sus pasos se puede automatizar: primero había que revisar, aprobar, catalogar, etiquetar miles y miles de textos. Los miembros de la Academia deciden a qué autor pedir determinada ficha y se le hacen llegar las pautas de redacción; la extensión de las fichas va de una media cuartilla a unas doce páginas. Luego cada biografía pasa a manos de las distintas comisiones temáticas de la Academia, que son las responsables en cada especialidad. Después de esos controles comienzan las etapas técnicas para integrar el documento al motor de búsqueda. Pero esto sigue siendo un proceso laborioso y manual, para etiquetar cada ficha de distintas formas. El director técnico del proyecto, Jaime Olmedo, explica: «Se crea una ficha y el texto se despieza en todos los descriptores que pueden ser susceptibles de búsqueda: lugar y fecha de nacimiento y muerte, lugar de residencia, ocupaciones que haya tenido del personaje a lo largo de su vida, si es hombre o mujer, etc.».
Por último, el procesamiento culmina con la interrelación de las biografías, de modo que se establezcan cruzamientos y redes entre los personajes que permitan obtener el panorama más completo posible de una época, una generación, una profesión, una región... La base de datos se revisa constantemente para añadir nuevos personajes y actualizar las fichas ya incluidas con datos y bibliografía que vayan surgiendo de las investigaciones actuales.
Además de ser una herramienta cuya utilidad se irá afinando, se trata de un buscador que puede resultar muy divertido. Por supuesto que, como es inevitable, la calidad de las entradas varía: por ejemplo, hay estupendas fichas sobre Hernán Cortés o Juan de Palafox (firmadas por eminentes historiadores, Benassar y Gregorio Bartolomé respectivamente), pero una muy deficiente, repetitiva y mal escrita sobre Beatriz Galindo (la Latina). También hay omisiones (vgr Beatriz Hernández, Pedro Moreno; está Lucas Alamán pero no Santa-Anna) o errores gordos (equivocadamente se da al obispo Cabañas el título de arzobispo). Pero en términos generales sin duda se trata de una obra digna de alabanza y de consulta.
*http://dbe.rah.es/