Efectos Colaterales
Vamos a dejar por un segundo fuera de discusión los por qués de la abrumadora victoria de Andres Manuel López Obrador, ya que a todos nos quedó claro que el 53% del electorado votó, gritó por un cambio, salió a las calles y pintó de tinto las boletas asegurando la llegada del “elegido”; el mesías estaba en la antesala de nuestras vidas y sus simpatizantes listos para terminar la tarea.
La misión se alcanzó y superó los cálculos hechos en sus cuartos de guerra. El discurso y el diagnóstico del país era justo lo que la mayoría quería escuchar, afinó las palabras, los proyectos, las ocurrencias y nos llenó de esperanza. Sí, ese fue Andres Manuel, nuestro hoy Presidente electo, que de forma sumamente astuta, estratégica y eficaz entró a nuestras casas para invitarnos a salir y votar por la “4a Transformación de México”.
Muchos no merecen el escaño ni la representación de los millones de mexicanos, no son nuestras voces ni la transformación que anhelamos
Pero dejemos el Tsunami que fue AMLO y su contundente victoria. Demos un paso a un lado y hablemos de los efectos colaterales del movimiento Juntos Haremos Historia y los destrozos que ha dejado a su paso en otros cargos de elección directa o por la vía plurinominal. Y es que parte del electorado (podría decir feligreses) votó por Andrés Manuel con rostro de Cuauhtémoc Blanco o votó por Andrés Manuel con rostro de Napoleón Gómez Urrutia y así sucesivamente podríamos encontrar presidentes municipales; gobernadores o 312 caras de López Obrador en San Lázaro y 70 en el Senado, sin los contrapesos fundamentales que esto implica. Sería injusto de mi parte asegurar que la mayoría de ellos no son capaces ni dignos del puesto al que han sido elegidos, pero estoy convencido que muchos no lo son y manchan el movimiento y el espíritu renovador que algunos buscan; contradicen el discurso y nos revelan parte del problema que estamos sembrando para el futuro. Lo que trato aquí es dejar claro que muchos no merecen el escaño ni la representación de los millones de mexicanos, no son nuestras voces ni la transformación que anhelamos.
Tampoco veo desgraciadamente mejores caras en otros partidos políticos, pero tengo claro que hay ejemplos como Pedro Kumamoto, a quien México necesita en la tribuna trabajando por nosotros, perteneciendo a las comisiones legislativas y siendo un contrapeso real frente al nuevo Gobierno o a las viejas prácticas del sistema político mexicano.
Así que hoy me sumo a todas esas miradas de la sociedad civil organizada, para ser el contrapeso que se necesita y mantengo la esperanza que dentro del equipo de la nueva administración y de su gabinete, exista el análisis crítico y fundamentado de personas y trayectorias como las de Tatiana Clouthier y Gerardo Esquivel entre otros.
NOTA AL PIE
Me da gusto, con una dosis ligeramente menor de incertidumbre, escuchar los primeros discursos, la conformación del 50% de mujeres en el gabinete y las recientes reuniones de trabajo que ha sostenido nuestro Presidente electo. Y así como por años nos robaron el beneficio de la duda, esta vez se la otorgo con toda la intención de apoyar y cerrar filas por un bien mayor.
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