Ideas

Ecos fundacionales o ya me llegaron al precio

Con la novedad de que es muy posible, casi muy probable y a lo mejor irremediable que tengan que crear, por las buenas o por las malas, unos nuevos partidos políticos, por diversas causas; vamos, que con razón o sin ella, tengan que hacerlos, sin que se vea otro medio posible.

Primer caso. Un partido, cuyo nombre no puedo decir, pero su fundador y dueño es veracruzano, y la mayoría de sus votantes no viven en su estado natal sino que, por el contrario, han contado con nombramiento de gobernadores en dos entidades distintas y el de su estado se ha encontrado más cerca de la cárcel que de la casa de gobierno. Así que ahí o se ponen a discutir entre los tres quién se queda con el partido para apoyar su gobierno, o podría escindirse en tres partidos de uno subsistente y dos o tres nuevos, en cuyo caso se requerirían nuevos estatutos, pero no serían nombres y dirigentes, o sea que lo único que les sobraría serían los directivos, que no es fácil, ya que se necesita alguien con buen nombre, lo que en política no es nada sencillo, pues representantes novedosos en los partidos no hay.

Segundo caso. Acabadas las recientes elecciones, un partido quedó tan mal, que nadie quiere que hablen de éste, por lo que el actual detentador de los destinos del mismo ha pensado en cambiar de nombre, signos partidarios, ideología, estatutos, apodos y, en general, todo lo que pueda hacerlo oler como el viejo partido; aunque yo creo que la gente tardaría como cinco minutos en descubrir que el neonominado partido tenía los mismos defectos que los del antes nominado partido, o sea, se harían como el tío Lolo: tontos y solos.

Tercer caso. Gentes que se quedaron como el maíz de Conasupo: picados y que su partido desapareció o los corrieron o perdieron el registro o simplemente no pueden acomodarse con el partido ganador, que a la larga sería de lo más fácil ingresar a éste, aunque lo más difícil sería sacar dinero y requieren un partido con nombre nuevo para lucrar.

Cuarto caso. Usted pertenece a un grupo que pinta para parecer popular, por dar un ejemplo, los participantes en las famosas mareas rosas: los rosados, que creyeron que con marchas y manifestaciones del tipo de las morenas, aunque con menos estímulo económico para asistir (esto es, sin transporte al evento ni pago ni lonche ni frutsi), porque se supone que los antes designados como los rosados tenían su con queso, pero por lo visto no fue suficiente.

También se requiere cariño del presidente cesante y, que yo recuerde, tan solo Echeverría era muy cuate y se estimaban él y López Portillo como amigos, y ahora, años después, el actual y muy amado presidente Andrés Manuel López Obrador -a quien muchos consideran el mejor Presidente que ha habido- y la actual presidenta electa, quien sin duda ha sido la más querida (no ha habido otra), se quieren mucho entre ellos.

@enrigue_zuloaga

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