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Ecocidio silencioso en La Primavera

«Sólo vinieron a tomar fotografías, a llevarse muestras en frasquitos, pero no han resuelto nada. Ya no hay peces, ya no hay garzas que antes salían a la orilla, ya no hay mojarras, ya se terminó eso». Así expresó su impotencia una encargada del balneario Los Chorros ante el derrame de combustible en el Río Caliente, principal cauce que nace y corre por el Bosque La Primavera.

Hace cuatro meses, Protección Civil Jalisco cerró el balneario ante la contingencia ambiental cuando la cascada, principal atractivo ecoturístico, se tiñó de oscuro debido al diesel que emana del subsuelo.

Sin embargo, según testimonios de pobladores, el problema comenzó antes, en 2019. Los bañistas salían del río con picor en el cuerpo: «Ahí huele mucho a gasolina y sale la piel aceitosa, nos quema», se quejaban. Las raíces de los árboles empezaron a pudrirse y con las lluvias se cayeron (al menos eso aseguran los habitantes). Los pobladores también sostienen que denunciaron; la autoridad niega que existan reportes del hecho antes de octubre del año pasado, cuando el ecocidio salió a la luz.

Primero la autoridad lo atribuyó a una toma clandestina, pero PEMEX lo descartó y hoy, cuatro meses después, desconocen la causa del problema. Una hipótesis apunta a que se trata de diesel que quedó encapsulado en el subsuelo, pero ignoran desde cuándo y cómo llegó allí, quizá debido a la fuga de un ducto.

Si el problema es grande, la burocracia ha hecho más compleja su solución. Hasta ahora, el gobierno de Jalisco se ha deslindado y demandó a PEMEX que se haga cargo, pero la empresa también se deslindó (!). El Gobierno estatal solicitó estudios a Petróleos Mexicanos para identificar las causas, pero la respuesta aún está en el aire.

Resulta paradójico. Los tres niveles de gobierno alistan una inversión millonaria y el trabajo coordinado de cientos de brigadistas forestales para proteger al bosque en la temporada de incendios, pero al mismo tiempo son incapaces de resolver, sin culparse unos y otros, un lento ecocidio en el Bosque La Primavera.

Cuando las amenazas medioambientales son cíclicas como los incendios, la coordinación interinstitucional funciona con mediana eficiencia. Sin embargo, ante una emergencia ecológica, esa colaboración se traduce en parálisis y nuestro abigarrado marco legal sólo sirve de excusa para deslindarse.

La imagen de la última reunión en Palacio de Gobierno la semana pasada sintetiza esta parálisis: una veintena de funcionarios, más sus asesores, de ocho dependencias de los tres niveles de gobierno (PC de Tala y estatal; CEA, Siapa, OPD de La Primavera, Pemex, Conagua, Semadet), pero ninguno puede actuar porque su «competencia tiene límites», aunque a veces la incompetencia sea ilimitada.  

Una vez identificada la causa, tienen que idear un plan de saneamiento. La preocupación del gobierno del Estado es que las lluvias provoquen el reblandecimiento del suelo y el diésel resurja. ¿Quién se hará responsable? ¿De qué tamaño es la afectación? ¿Quién responde por las familias que se quedaron sin su fuente de ingreso? *Este martes, las autoridades se reúnen otra vez: exijamos, de una vez por todas, acciones de remediación concretas*. Porque hasta ahora su compromiso es realizar más muestreos, más mediciones, más monitoreo… 

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