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EU lo persigue; en Autlán lo consienten

Han pasado ya casi 11 años y medio de aquel fin de semana del 25 y 26 de agosto del 2012 que se registró en Jalisco uno de los episodios de mayor violencia desatada por células del crimen organizado en la Zona Metropolitana y en 16 municipios de la Entidad.

Fue un sábado de terror y de agresión directa a la ciudadanía cuando después del secuestro de 36 unidades del transporte público y autos particulares, se padecieron 23 narcobloqueos en calles y carreteras del Estado. Al día siguiente hubo otros seis narcobloqueos y el martes siguiente el entonces secretario de Seguridad Pública del Gobierno de Jalisco, Luis Carlos Nájera, explicó que esas agresiones fueron ordenadas por Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del cártel Nueva Generación, para poder huir de un operativo de la Policía federal en Tonaya, en una refriega que dejó seis sicarios muertos.

Era el final del sexenio de la “guerra contra el narco” del panista Felipe Calderón.

Dos años después, ya en la administración del Presidente priista Enrique Peña Nieto, volvió a ocurrir otra jornada violenta, corregida y aumentada, en otro intento de detención del líder del CNG. Fue el viernes 1 de mayo del 2015. Hubo quema de bancos, gasolinerías y otros establecimientos comerciales, narcobloqueos con camiones y vehículos quemados en la ciudad y carreteras de Jalisco, que se desbordaron a Colima, Guanajuato y Aguascalientes. En el municipio de Villa Purificación, las milicias del CNG derribaron un helicóptero del Ejército, causando la muerte de seis soldados y un agente investigador de la Fiscalía.

Desde ese momento se convirtió también en el objetivo prioritario del Gobierno federal, según expresó el entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Pero lejos de ser detenido, desde aquellas fechas y hasta hoy, Oseguera Cervantes no ha hecho más que consolidar su poder, al grado de que esta semana legisladores republicanos en el Senado y la Cámara Baja de Estados Unidos propusieron una Ley denominada “Iniciativa para neutralizar al Cártel Jalisco” que obligue al Departamento de la Defensa a diseñar una estrategia para asesinar o capturar a los dirigentes del que consideran “el grupo criminal más violento de México”. 

En contraste, en el actual sexenio de Andrés Manuel López Obrador, parece que su detención dejó de ser un asunto prioritario, al grado que el domingo pasado, en pleno Carnaval de Autlán, en medio de la corrida de toros, que encabezó el matador Arturo Saldívar, el líder del CNG fue objeto de distinciones con un vistoso y colorido arreglo sobre la arena del ruedo de una plaza pletórica donde se leía: “Señor de los Gallos. Todo lo que desees para mí, Dios te lo multiplicará. Bendiciones”. 

Así, mientras en EU intentaban leyes para perseguirlo, en Autlán lo consentían.

jbarrera4r@gmail.com
 

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