Dos viajes a la infancia, el cine de hoy
Querido lector, la semana pasada le hablaba de la experiencia del cine, de ir al cine. Quiero compartirle que en esta semana tuve la suerte de estar en esa oscuridad segura de la que le hablaba viendo dos obras preciosas. Justo en esta temporada de premios, es un agasajo asistir a ver lo que grandes artistas y directores han trabajado por largos periodos de tiempo, de su vida. Por un momento pensé que no alcanzaría a ver la segunda película que me planteé -y que abordaré en adelante-, pero en un chispazo de oportunidad y a raíz de buenas recomendaciones de amigos confiables (porque uno tiene sus fuentes) fui a ver algo que no esperaba.
Solo como un comentario previo a entrar en materia, no sabe el gusto que me dio ver la Cineteca de la Universidad de Guadalajara a reventar en martes, me queda claro que ese día hay la promoción del 2x1, pero ni así antes la había visto casi llena.
Ahora sí: la primera película y de la que intencionalmente había querido hablarle desde un principio, es “Pobres Criaturas” de Yorgos Lanthimos. Una historia desde el centro de una mujer que en un cuerpo de adulta, es apenas una niña que conforme avanza la película va creciendo poco a poco hasta convertirse en una mujer libre, plena, y que escoge de manera acertada vivir su vida como a ella le place. Descubre poco a poco, del lado de los hombres que le rodean su verdadera esencia, sus sentimientos y emociones, sus decisiones a partir y con ellos. Descubre, por decirlo sencillamente, a la humanidad entera a través del camino más corto, el de haberlo saboreado todo, desde el desenfreno hasta la ternura más pura. Vuelve pues este personaje, y espero no haberle contado casi nada, a ser niña, a un lugar seguro y fuera de esquemas dictados por la sociedad, por los hombres que la pretenden dominar e imponen las reglas que ni ellos mismos son capaces de cumplir.
La segunda película que vi fue “Vidas Pasadas” de Celine Song. Una vez más, la infancia juega un rol central en esta obra en la que también una protagonista mujer se va descubriendo en entornos y lugares distintos. La migración junto con su joven adulta excelentemente bien actuada son parte central en este largometraje porque es a partir de ellas, ambas, que se generan dinámicas en las que incluso es difícil encontrar, al otro lado del mundo, a una persona por haberse cambiado de nombre. El último descubrimiento, para mi sorpresa y siendo una obra tan distinta a la primera, es el retorno al comportamiento de una adulta en plenitud a su vulnerable niñez.
Cuando piense que la vida está escrita ya, si no se vuelve atrás por voluntad, la fuerza de la vida amenazante y brutal, nos lleva a revisar y revisitar nuestra infancia. Preciosas obras ambas, no se las pierda.
argeliagf@informador.com.mx • @argelinapanyvina