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Dos chapulines dan a AMLO los óleos del PRD

La bienvenida que dio ayer la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, a los ex perredistas Araceli Saucedo y José Sabino Herrera a la bancada de Morena en el Senado, y que los deja junto con sus aliados del Partido Verde y del PT, a sólo un escaño de alcanzar también la mayoría calificada en la Cámara alta, fue como el tiro de gracia al Partido de la Revolución Democrática (PRD), que ya había perdido el registro al no alcanzar el tres por ciento de la votación el pasado 2 de junio.

Con ello, Andrés Manuel López Obrador se irá también de la Presidencia viendo ya en la tumba al partido del Sol Azteca que lo llevó a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México en el año 2000 y lo postuló a la presidencia de la República en 2006 y 2012.

El PRD, que fundó Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo el 5 de mayo de 1989, luego de que el Frente Democrático Nacional (FDN) fue objeto de lo que para muchos fue un fraude electoral del PRI en la elección presidencial de 1988 para imponer a Carlos Salinas de Gortari y robarle la elección al ex gobernador priista de Michoacán, empezó su declive justo cuando salió AMLO de sus filas en el 2012 para iniciar la construcción de Morena. Desde ese momento AMLO no dejó sumar triunfos electorales y el PRD derrotas hasta su extinción.

“En esta nueva etapa de mi vida, voy a dedicar toda mi imaginación y trabajo a la causa de la transformación de México, lo haré desde el espacio que representa Morena (entonces el incipiente Movimiento de Regeneración Nacional)”, expresó López Obrador en septiembre de 2012, días después de romper con la dirigencia perredista, y con ello con la coalición que formaron en esa elección con el PT y con el partido Movimiento Ciudadano. 

Para la salida de López Obrador del PRD, fueron decisivas las diferencias que tuvo con el grupo de Los Chuchos, que encabezaba el entonces dirigente Jesús Ortega, y a quien luego relevó Jesús Zambrano, hasta convertirse en el último presidente perredista y su sepulturero.

Ya como adversarios políticos, tanto Ortega como Zambrano se volvieron los más severos críticos de AMLO, sobre todo luego de que la asociación civil Morena se convirtió en partido político en el 2014 y muchos cuadros perredistas se fueron con él. Pero sobre todo cuando Morena les empezó a ganar cada vez más espacios en las elecciones, empezando por la mitad de las delegaciones de la Ciudad de México, que era su bastión.

Así, en tan sólo cuatro años, el fenómeno político lópezobradorista convirtió a Morena en el partido que ganó la presidencia en el 2018, y en los años siguientes 24 gubernaturas, muchos congresos locales, alcaldías y dejó a su sucesora mayoría calificada en la Cámara de Diputados, y está punto de lograr hacerlo en el Senado, con los chapulines que fueron los últimos en saltar del barco perredista del que se bajó AMLO y se hundió 12 años después.

jbarrera4r@gmail.com

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