Ideas

¿Dónde quedó la dignidad?

¡Qué bajo ha caído su Partido, señor Moreno! Ya en los últimos tiempos del nefasto Peña Nieto, traidor flagrante a los priistas de verdad, lo mismo él que sus dos presidentes del PRI acabaron pretendiendo que su instituto político tirara por la borda solamente tres cosas: su nombre, su escudo y su plataforma ideológica. 

Ahora, bajo su dirección se alían con sus enemigos de toda la vida e incluso incorpora a sus filas a quien contribuyó sobremanera a su caída del año 2000. 

Del tal Antonio Solá, quien ganó prestigio en la derecha neofranquista española desbaratando con su indecorosa y muy sucia publicidad la imagen de políticos probos enemigos de ese régimen, los mexicanos recordamos no solo la campaña que la patrocinó un cuñado de Felipe Calderón en contra de López Obrador, sino incluso la idea de “sacar al PRI de Los Pinos” que fue el caballito de batalla de Vicente Fox. 

Todavía más: durante un sexenio o más medró un pingüe salario de la embajada de México en Madrid…

Sin embargo, de su conducta no puede objetársele nada. De tal ralea es el señor e hizo su luchita. Pero lo que no es admisible ahora es que el propio PRI lo contrate para arremeter contra el actual presidente de México. 

Me sabe a lo mismo que los mexicanos aquellos que acudieron solícitos y lambiscones a Miramar a pedirle a Maximiliano de Habsburgo que les hiciera la caridad de venir con al apoyo de las armas francesas a gobernar nuestro país.

Dime con quien andas y te diré quién eres. No sorprende que un supuesto priista como usted, que ha sido capaz de incorporar a un sujeto de tal ralea como la de Solá en sus filas, no extraña que haya consumado una alianza con los históricos enemigos de la Revolución Mexicana y de las clases populares mexicanas, y se haya puesto de manera tan abyecta a las órdenes de sus enemigos. 

Es un final muy triste para un Partido que tuvo sí, muchos defectos, entre otras cosas porque, al ser invencible, se le colaron muchas alimañas, pero también alcanzó muchos éxitos y durante un buen número de años encaminó al país por una vía de gran progreso. No de balde propios y extraños hablaron del “milagro mexicano”.

No nos hagamos: la alianza con el PAN se consolidó en el sexenio pasado, de ahí que muchos priistas de verdad salieran a votar por AMLO en 2018 y contribuyeran a la gran paliza que éste les dio a todos los que medraron desaforadamente durante dieciocho años y echaron por a la basura muchos de los logros anteriores. Tengo mis dudas de que la 4T sea una vía de éxito pero de lo que sí estoy seguro es de que me resisto a contribuir a que regrese la escoria anterior. 

Ojalá que la oposición mexicana, y el PRI de verdad pudo haber contribuido a ello, hubiera sido capaz de hacer un planteamiento nuevo y sano, en vez de pujar para que recupere su sitial la podredumbre de antaño. ¿Dónde quedó la dignidad?

jm@pgc-sa.com

Síguenos en

Temas

Sigue navegando