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¿Dónde está Ucrania?

Las escenas de guerra que recientemente estamos contemplando a través de las redes sociales que nos hacen llegar hasta los más ínfimos detalles de todo aquello que está sucediendo en otro lugar del mundo al que en momentos vemos tan cercano, sin duda nos impresionan y nos dan buen tema para reflexionar.

En épocas pasadas las guerras eran también muy crueles, pero apenas si veíamos algunas fotos que nos llegaban impresas.

Hoy la guerra toca a cada puerta, nos llega al despertar, en el desayuno, comida y cena. Hoy que todo ha progresado, también las armas son mucho más potentes, y letales.

Por eso me atrevo a preguntar: ¿Qué tan lejos está Ucrania?

Actualmente hay muchas películas que se empeñan en presentar la violencia en las formas más natural como si quisieran convencernos que esto es lo más normal.

Aunque de éstas nos consolamos diciendo que es pura fantasía, o que eso sólo sucede entre extraterrestres… pero no, no, es bueno recordar que  “de lo que hay en el corazón surgen las palabras, y los hechos…” y las obras artísticas, también reflejan con extrema evidencia de lo que se alimenta la fantasía.

Hoy por hoy, hay muchas personas que oran insistentemente en favor de la Paz.

Muchas voces se oyen por todas partes alzando el grito “no a la guerra” porque todavía conservamos un deseo de paz, y en estos tiempos tan difíciles, tan agitados saber que además de tantos contratiempos que las pandemias nos han ocasionado, todavía un conflicto internacional es el colmo de las desventuras.

Todos queremos la Paz. Oramos por la Paz. Pedimos a Dios la Paz…

No obstante, es bueno recordar que la paz anida en el corazón y que es precisamente allí donde debemos cultivarla, cuidarla y sobre todo comunicarla.

Por eso vuelvo a repetir: ¿Qué tan lejos está Ucrania?

En la actualidad muchas pequeñas y grandes guerras que se libran en el interior de cada persona:

Donde hay envidias, discordias, ambiciones desmedidas, desacuerdos… No es posible la Paz.

Donde se escuchan gritos, amenazas, palabras ofensivas y a veces agresiones más concretas físicamente: no podemos afirmar que hay Paz.


*     *     *


Es muy bueno reflexionar de veras en estos días en que la Cuaresma está a punto de empezar, que la Paz espera que le hagamos un lugar, un espacio.

Que nuestro deseo de Paz se concretice en actitudes y hechos que hablen de Paz, más fuerte que las mismas palabras.

Esto es también algo que tenemos que pedir a Dios en esta coyuntura tan comprometedora y difícil, que no seamos nosotros los que iniciemos el conflicto, ni mucho menos los que levantemos la mano para golpear y herir.

Recordemos que la guerra puede cundir tan rápido y fuerte como la pandemia que todavía nos trae azolados.

Y ¿Dónde está Ucrania? ¿Dónde está Rusia?

Dios quiera que no estén entre nosotros. Que nosotros, cada uno estemos en el polo opuesto, en el lugar de la Paz, aprendiendo a vivir como Cristo Jesús nos enseñó y nos dio ejemplo.

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